Alcaldeza Agustina Castellanos y su cabildo de mujeres se enfrentan a caciques; no le permiten gobernar
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Le impiden desempeñar cargo en la localidad mazateca de San Felipe Zihualtepec
Juchitán, Oax. Agustina Castellanos Zaragoza clama por justicia desde el pasado 28 de abril, día en que le impidieron ejercer el cargo de agente municipal por ser mujer.
Apenas asumió el puesto los alcaldes del Istmo de Tehuantepec la excluyeron de las reuniones; luego le negaron recursos y recibió injurias y agresiones físicas.
Asegura que caciques, terratenientes y ganaderos con más de 50 años en el poder prácticamente la echaron junto con su cabildo, también integrado por mujeres, de la agencia municipal de San Felipe Zihualtepec.
En las asambleas convocadas por Agustina y sus tres colaboradoras, los varones, acompañados de sus esposas, solían espetarles: ¿Qué va a saber una mujer gobernarnos? ¡Pinche ruca! ¡Viejas revoltosas! De gobernar no saben nada. Lo que deben hacer es irse a trapear su casa. ¡Dejen el palacio municipal!
Esas frases se volvieron cotidianas para la funcionaria y su cabildo. Agustina relata que fue señalada como enemiga política de quienes controlan la región desde hace más de medio siglo.
El 13 de diciembre de 2015, la mazateca de 52 años, con apoyo de familiares y vecinos, formó con otras tres ciudadanas de entre 25 y 30 años la planilla que contendió con otras cuatro para ocupar cargos en la agencia municipal.
Recuerda Agustina que su planilla triunfó con 319 votos y ella se convirtió en la primera mujer en gobernar, con un cabildo de mujeres, hecho inédito desde la fundación de San Felipe Zihualtepec, en 1958.
Esta agencia municipal es una de las 23 que forman San Juan Cotzocont Mixe, localidad regida por usos y costumbres, donde viven unas 2 mil personas, 95 por ciento hablantes de mazateco.
Agustina porta con orgullo atuendo mazateco: blusón multicolor hecho a mano, que resalta el tono azabache de su cabello largo. Su rostro moreno refleja seguridad y fortaleza, pero su trato es afable.
Excluida del presupuesto
El primero de enero de 2016, cuando tomó posesión como agente municipal, los hombres de su comunidad, en particular el munícipe de San Juan Cotzocón, Eleazar Poblano Celis, y otros caciques, terratenientes y ganaderos, empezaron a hostigarla.
Admite que no tenía experiencia en la administración pública, pero sí valores y principios. La transparencia en el uso de los recursos públicos, dijo, sería su mayor aliada.
Convocó a una primera asamblea general para exponer la forma en que trabajaría y ahí empezaron los insultos misóginos. Agustina y su cabildo no respondieron a los ataques, pero las cosas empeoraron.
En el primer mes de su gestión, el presidente municipal Eleazar Poblano Celis le entregó tarde los fondos para la agencia y se le excluyó de las reuniones con otros agentes; no obstante, siempre llegaba porque se enteraba por otras personas. Toleraba violencia verbal, exclusión y burlas con tal de probar que una mujer puede gobernar bien.
Así pasaron dos meses. El 10 de abril, vía telefónica, solicitó a Poblano Celis el subsidio del ramo 28, pero éste se lo negó alegando que estaba suspendido.
La agente buscó apoyo de empresas particulares y organizaciones sociales, lo que también cuestionaron sus opositores.
A mediados de abril, el edil de San Juan Cotzocont Mixe presentó a Agustina un documento de inconformidad de los habitantes de San Felipe Zihualtepec y le exigió explicar el destino de los recursos.
Le condicionó la entrega de dinero a que hablara con Manuel Clara, “un cacique de la comunidad. Me dijo: ‘si vas con él, todo se aclarará’. Pero le respondí que nada tenía que hablar con aquél. Desde entonces Poblano Celis ya no tomó mis llamadas”.
El 28 de abril, cuando Agustina y su cabildo convocaron a asamblea para informar sobre el destino de los recursos, con una lista detallada, no las dejaron hablar. La reunión se convirtió en un griterío contra las mujeres, con algunas agresiones físicas.
Con ayuda de sus seguidores, Agustina y sus tres compañeras salieron. El secretario municipal, Víctor Manuel Alonso, con apoyo de Michael Mendoza, Ramiro Ortela, María del Carmen Vásquez, Odilia Baranda y Lucía Vicente, entre otros, cerraron la agencia municipal.
Al siguiente la afectada presentó denuncia ante el Ministerio Público, pero tanto en la fiscalía de Matías Romero como en la de de María Lombardo recibió trato discriminatorio por ser mujer.
Tardaron cuatro días en recibir su denuncia por daños a un automóvil que le prestaron en comodato, y por violencia física y verbal.
Viajó a la ciudad de Oaxaca para solicitar orientación a los legisladores estatales.
Poblano Celis y los caciques aprovecharon la ausencia de Agustina para nombrar agente municipal a Cecilia Victoriano Santiago, sobrina de Aurelio Santiago, quien dice ser defensor de los derechos indígenas del poblado.
El 6 de mayo Agustina interpuso una impugnación ante el Tribunal Estatal Electoral de Oaxaca, por violencia política y electoral, así como misoginia. El órgano falló a su favor el 31 de mayo.
Sin embargo, Poblano Celis interpeló ante la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Los magistrados no escucharon mi versión y la del cabildo y fallaron fue en contra, expresó.
Recibió una llamada de la directora del Instituto de la Mujer Oaxaqueña (IMO), Claudia Ramírez, quien junto con las consejeras del Instituto Estatal Electoral y de Participación de Oaxaca realizaba un proyecto con un observatorio comicial.
Con su asesoría y la de la Defensoría Pública Electoral para Pueblos y Comunidades Indígenas de Oaxaca, interpuso un recurso de reconsideración ante la sala superior del TEPJF en la Ciudad de México. Aún esperamos que el fallo sea en nuestro favor, porque han violentado nuestros derechos como mujeres indígenas, señaló.
La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ordenó a las autoridades protegerla. Agustina Castellanos teme por su vida, pero sabe que a los habitantes de San Felipe Zihualtepec les faltan muchas cosas, por lo que desea regresar y cumplir sus promesas de campaña.
La directora del IMO sostiene que deben castigarse las agresiones contra la agente municipal, pues contravienen, entre otras disposiciones, la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres para el Estado de Oaxaca y las normas que prohíben la violencia política.
La directora del IMO reconoce que los derechos de las mujeres están rezagados en la entidad, pero el observatorio permitirá visibilizar y dar seguimiento a estos casos.
La participación plena de las mujeres en el gobierno aún no se cumple en Oaxaca: la misoginia está presente, asegura.
Castellanos y su cabildo de mujeres, único en México, anhelan que las dejen gobernar. Lo saben hacer; son mujeres fuertes y comprometidas, sostiene.