Caen siembra y consumo de frijol, alimentos antes infaltables en la dieta mexicana

Nacional
/ 12 marzo 2017

Sin maquinaria, semillas ni apoyos, ya no es negocio, lamentan agricultores. El menosprecio de su valor nutricional, entre factores que merman la producción: investigadores

Pese a formar parte de la dieta básica y de la gastronomía de los mexicanos, tanto la producción como el consumo de frijol registran una caída importante en los pasados 30 años, sobre todo a causa de la falta de apoyo del gobierno a los pequeños y medianos agricultores, que carecen de semillas y maquinaria y dependen de la siembra de temporal.

Así lo afirmaron campesinos e investigadores universitarios, quienes señalaron que otros factores que inciden en la baja de la producción de este alimento son los abusos de los intermediarios, los altos precios de los combustibles e incluso el menosprecio de su valor nutricional.

Rodolfo Acuña, productor de frijol en el estado de Zacatecas e integrante de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, señaló que uno de los problemas que enfrentan quienes se dedican a la siembra de esta leguminosa es el aumento en los precios de los combustibles, ya que de ellos depende todo el proceso de traslado de insumos, la cosecha y el transporte.

Otro elemento que obstaculiza gravemente la producción de frijol es que los agricultores no tenemos semillas, ni mejoradas. Sembramos lo del año anterior o lo que algún vecino nos da, pero no sabemos si se va a dar bien. Necesitamos asesoramiento para que el gobierno estatal o el federal nos ayuden con semillas, explicó.

La falta de apoyo de las autoridades también se traduce en que en buena parte de las regiones con mayor producción frijolera –sobre todo en los estados de Zacatecas y Durango– no se cuenta con maquinaria que ayude a aumentar y mejorar las cosechas, ni hay sistemas de riego instalados en las parcelas.

Todo ello ha provocado que en las zonas donde los campesinos dependen únicamente de tener una buena época de lluvias, la producción anual por hectárea sea de apenas entre 400 y 600 kilos.

En cuanto al precio, la mayoría de los agricultores llegan a recibir entre 8 y 9 pesos por kilo de manos de los coyotes, que fungen como intermediarios entre los campesinos y el mercado de las grandes ciudades; aunque de acuerdo con la variedad de frijol, se pueden llegar a pagar hasta 30 pesos por kilo.

“Cuando en las zonas de producción por riego llegan hasta dos toneladas por hectárea se nos cae el precio. El coyotaje sabe que vamos a ceder ante lo que ellos determinen. Nos hemos organizado para hacer llegar la semilla de forma directa, pero de una u otra forma nos perjudican”, lamentó.

Por todo lo anterior, gran parte de la zona frijolera de Zacatecas está muy abandonada. Te puedo decir que de 100 parcelas, en 50 ya no se cultiva porque ya no se ve como un negocio, o hay gente que siembra trigo o cebada para las cerveceras o para Bimbo, porque esas empresas les garantizan la compra de toda la producción.

Ingesta pasó de 18 a 10 kilos anuales por persona

Este panorama adverso ha hecho que el consumo de frijol haya disminuido de 18 kilos anuales por persona en 1980 a sólo 10 kilos en 2012, a pesar de que la producción nacional de esta oleaginosa sea de entre 1.1 y 1.2 millones de toneladas, que podrían abastecer la demanda de todo el país, señaló por su parte Humberto Castro, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo.

Para el especialista, la disminución en el consumo de frijol tienen que ver incluso con una serie de prejuicios que hacen pensar a mucha gente que es un alimento de segunda o para personas con bajos recursos económicos.

“Cuando llega a haber una mejora en sus niveles de ingreso, muchos dicen ‘¿comer frijoles? ¡Ni cuando era pobre!’. Al mismo tiempo, prefieren los alimentos ultraprocesados –o chatarra—con un alto contenido de sal, azúcares, hidrocarburos y saborizantes”, alertó.

La combinación resultante de comer cada vez menos productos con alto valor nutritivo y optar por alternativas de mayor contenido calórico, dijo, ha hecho que aumenten los males crónico-degenerativos, como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades renales.

De acuerdo con estudios especializados, los frijoles son ricos en proteínas, fibra y antioxidantes, lo que ayuda a mantener bajos los índices de glucosa en la sangre, un elemento clave para el bienestar de la salud de los pacientes diabéticos.

Ha habido un abandono en general de los pequeños agricultores. El gobierno debería ayudar a que los productores puedan hacer también el proceso de limpieza, cribado, pulido y envasamiento del frijol, para darle un valor agregado a su producción, consideró el especialista.

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