Los 65 años son “la mejor edad” para trabajar, dice Carlos Slim; propone jubilarse hasta los 75
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“En esta nueva sociedad de servicios, una sociedad de conocimiento, de experiencia, a los 60 o 65 años es cuando uno está en su mejor edad para trabajar. No es una sociedad industrial en la que hay que estar pegado a la máquina o hay que estar haciendo esfuerzos físicos. Es una sociedad en donde prevalece el conocimiento y la experiencia”, argumentó el presidente de Grupo Carso e Inbursa, y el tercer hombre con la mayor fortuna del planeta
Ciudad de México.– El empresario mexicano Carlos Slim Helú propuso que las personas puedan jubilarse a los 75 años de edad y no a los 65 como se hace actualmente, pues considera que esa es la “mejor edad para trabajar” en la nueva sociedad de servicios, según dijo durante la Cumbre de Negocios en México, celebrada en 2017.
“El otro asunto que he estado planteando con frecuencia desde hace varios años es que en los lugares donde hay exceso de personal, se empiecen a hacer programas de tres días de trabajo de 11 o 12 horas, que trabajen tres días, para que dejen otros tres días para que trabajen otros. Entonces esto tendría menos días, o sea, menos días; más horas, 11 o 12 en lugar de siete u ocho, y que no se jubilen a los 65 años o a los 60, sino a los 75”, planteó en aquella ocasión.
“En esta nueva sociedad de servicios, una sociedad de conocimiento, de experiencia, a los 60 o 65 años es cuando uno está en su mejor edad para trabajar. No es una sociedad industrial en la que hay que estar pegado a la máquina o hay que estar haciendo esfuerzos físicos. Es una sociedad en donde prevalece el conocimiento y la experiencia”, argumentó el presidente de Grupo Carso e Inbursa, tal como se puede observar en un video que está circulando en redes sociales.
Asimismo, subrayó que dicha sugerencia permitiría que la gente pueda vivir más tiempo y en mejores condiciones. También señaló que se puede abrir un espacio de empleo importante y que quitaría a los gobiernos de diversos países los compromisos de jubilación o retiro temprano.
“Quita a los países, a los gobiernos, que a pesar de tener alta recaudación fiscal, tiene compromisos de jubilación o de retiro temprano, y que con las cuentas que se hacen sobre lo que tendría que pagar en un futuro, están prácticamente en quiebra. Es la forma de sacar a muchos países y a los gobiernos de estos gastos que son crecientes, del pago de jubilaciones que no pueden sostener. Estoy hablando inclusive de países desarrollados”, aseguró el empresario en la ponencia.
En México, el 31 por ciento de la población de adultos mayores (2.9 millones) recibe pensión contributiva de entre 5 mil y 6 mil pesos por sus aportaciones, pero la mayoría, el 49 por ciento (4.7 millones), obtiene la no contributivas de 600 pesos mensuales mediante programas sociales. Otro 26 por ciento de 65 años y más no cuenta con ningún tipo de pensión, por lo que sobrevive de trabajo o ayuda familiar, así lo muestra un estudio reciente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.
La cobertura de pensiones contributiva está sesgada a hombres, a personas con mayor escolaridad, afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), de zonas urbanas y del norte-centro. Las no contributivas tienden a concentrarse en mujeres, de baja escolaridad, afiliados al Seguro Popular, y del sur-centro del país.
26% DE ADULTOS MAYORES SIN PENSIÓN
La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) publicó este mes un estudio que revela que 26 por ciento de los adultos mayores no recibe ninguna pensión contributiva ni mediante programas sociales del Gobierno federal o local. Deben buscar financiamiento a través de otros rubros como el trabajo (75 por ciento), donativos de otras familias (12 por ciento) y otras transferencias (7 por ciento).
Asimismo, el 33 por ciento de adultos mayores tiene ingresos solo de su pensión (16 por ciento contributivas y 17 por ciento no contributivas).
“La falta de cobertura del sistema de seguridad social y los bajos montos de pensión son factores que han
llevado a mantener económicamente activos a los adultos mayores. Por ejemplo, de los hombres que no tienen pensión, 71 por ciento tiene una actividad laboral (23 por ciento en las mujeres)”, dice el estudio.
“El vínculo del empleo formal y el derecho a la seguridad social, los altos niveles de informalidad, el desinterés por la seguridad social pensionaria, los requisitos para la obtención de una pensión contributiva, entre otros, son algunas de las razones que explican esta situación”, agrega.
Y quienes reciben alguna pensión, el 49 por ciento de los adultos mayores tiene la no contributiva que representa 600 pesos mensuales. El 34 por ciento de ellos habita en zonas rurales.
MUJERES RURALES, EN LA MARGINACIÓN
Del total de 9.6 millones de adultos mayores, la mayoría gana la pensión más baja, esto es, la no contributiva de 600 pesos en promedio, también relacionada con la baja escolaridad, el género femenino y la zona rural.
En general, las pensiones contributivas benefician a las personas de mayores ingresos mientras que las no contributivas a las de menores.
Los 2.9 millones beneficiarios de una pensión contributiva (31 por ciento del total de adultos mayores) reciben, en promedio, un monto mensual de 5 mil 128 pesos en el caso de las mujeres y 6 mil 602 en hombres.
“Las mujeres están en desventaja en términos de bienestar debido a que tienen esperanza de vida mayor y a su menor participación en empleos formales, por lo que los beneficios por seguridad social son menores, por ejemplo, salud y pensión”, aclara el informe de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.
Este dinero representa el 46 por ciento del ingreso total en mujeres y 52 por ciento en hombres. La mayoría vive en Coahuila (48 por ciento), Nuevo León (47 por ciento), Sonora (45 por ciento) y Baja California (44 por ciento).
“Los datos construidos a partir de la ENIGH 2016 indican que la cobertura de pensiones contributiva está sesgada a hombres, a personas con mayor nivel educativo, afiliadas a sistemas de salud institucional como IMSS o ISSSTE, con vivienda propia, de zonas urbanas y del norte-centro de la República”, concluye el estudio de la Consar.
Los 4.7 millones que reciben una pensión no contributiva (el 49 por ciento) ganan en promedio 600 pesos hombres y mujeres, e implica el 13 y 6 por ciento de sus ingresos totales en mujeres y hombres, respectivamente. Habitan sobre todo en Chiapas (69 por ciento), Zacatecas (68 por ciento), Oaxaca (65 por ciento), Tabasco (62 por ciento) y Tlaxcala (61 por ciento).
“La cobertura de pensiones no contributivas, por su parte, tiende a estar concentrada en mujeres, personas de baja escolaridad, afiliados a servicios de salud del Seguro Popular, del sur-centro del país”, agrega.
En México, el sistema de pensiones se integra por distintos pilares, uno contributivo ligado al empleo formal y aportaciones del empleador, Gobierno y trabajador, y el no contributivo mediante impuestos y programas sociales como “65 y más” para a aquellos que no tuvieron oportunidad de ahorrar.
Por la modificación a la ley, en el caso de los pensionados por empleo formal, laborarán más por menos. La Generación Afore que debe cotizar mil 250 semanas ganará menos que los de la Generación de la Ley 73 que cotizan 500 semanas. José Luis, por una semana, no puede acceder a su pensión.