Sistema Nacional Anticorrupción enfrenta el reto de mostrar que sí habrá castigos

Nacional
/ 17 abril 2017

Si hay una tarea pendiente que el SNA arrastra desde hace meses es el nombramiento del fiscal especializado anticorrupción.

Hay casos de corrupción que son muy evidentes, ya se sabe de cuánto fue el desfalco al erario, y no solamente no hay castigo sino que tampoco una posibilidad de que el erario rescate esos recursos que se robaron"...

La marca de la corrupción en México es la impunidad, por lo que la primera vía para atacar este mal es demostrar que sí habrá "castigos para quienes cometan actos de corrupción", afirma la socióloga Jacqueline Peschard, quien lidera el corazón del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA).

Peschard preside el Comité Coordinador del SNA, instalado a principios de este mes y que encabeza, según marca la ley, un ciudadano.

La gran novedad es que "los ciudadanos no solo acompañamos al Sistema, sino que somos la parte central", y hay un reconocimiento de que se necesita a alguien "de fuera" para activar las funciones de las distintas entidades que lo conforman, dice en una entrevista con Efe.

Según la socióloga, hay "muchas expectativas" puestas en el SNA, que entró en marcha con la promulgación de siete leyes en julio de 2016 y responde a un problema que, según el Banco Mundial, cuesta a México el 9 % de su PIB y le posiciona como el peor evaluado en esta materia entre los países de la OCDE.

Desde el Comité de Participación Ciudadana (CPC) -una de las siete instituciones autónomas que componen el SNA y que Peschard también encabeza- saben que poner fin a la lacra de la corrupción es "una cosa complicada, y va a tomar tiempo”.

Los actos de corrupción "no son fáciles de detectar ni unipersonales, son redes (...) es un sistema muy consolidado de complicidades, se protegen unos a otros", argumenta tanto sobre la tarea de los servidores públicos como sobre la relación que tienen estos con las empresas a través de los contratos gubernamentales.

Como ciudadana, no le cabe "la menor duda" de que hay resistencias en la lucha a esta lacra: "Hay casos de corrupción que son muy evidentes, ya se sabe de cuánto fue el desfalco al erario, y no solamente no hay castigo sino que tampoco una posibilidad de que el erario rescate esos recursos que se robaron”.

Para enfrentar esta tarea titánica, la labor del Comité ciudadano es mantener el enlace con aquellas organizaciones de la sociedad civil que han analizado y estudiado la corrupción en el país, y han propuesto por dónde se tiene que atacar.

El combate a través del castigo no es suficiente, sino que el énfasis también está puesto en "que se corrija desde los propios procesos administrativos". Y la primera vía para esto último es demostrar "que sí hay castigos para quienes cometan actos de corrupción", señala.

Si hay una tarea pendiente que el SNA arrastra desde hace meses es el nombramiento del fiscal especializado anticorrupción. Tal es el retraso -de "más de dos años", indica Peschard, que para cuando se elija va a tener poco margen de acción, ya que su mandato terminará a finales del 2018.

"Esos son actos que nos dicen: ¿Dónde está la voluntad para sacarlo (al fiscal)?", se cuestiona.

La preocupación que tiene el CPC no solo es por la propia demora, sino también por el proceso de selección, porque finalmente no ha sido todo lo "abierto y transparente" como debería y no ha habido un acompañamiento ciudadano como se requería en una primera instancia.

El proceso ha sido controvertido porque "es alguien que va a depender del fiscal general, por lo pronto; no hay suficiente autonomía en la gestión del fiscal anticorrupción”.

La clave de quien salga debe ser "su autonomía": "Que no se pueda decir que está vinculado con ciertos intereses políticos, que demuestre con sus actuaciones que ha sido capaz de enfrentarse al Gobierno en turno", valora Peschard.

En el sistema, los ciudadanos no tienen las facultades para perseguir o investigar los delitos, pero sí pueden "armar y ordenar toda la información", recuerda.

Para ello, la ley indica que se tiene que construir una plataforma a partir de las bases de datos de las distintas dependencias, por lo que estas "no se pueden quedar con la información, sino que la tienen que compartir" para que los ciudadanos puedan verificar que existe.

Los resultados de todo el esfuerzo que supone el SNA se verán, cuando menos, en el "mediano plazo", aunque la socióloga confía en que en unos meses las investigaciones que se están llevando a cabo den resultados, por la activación del sistema y "porque el tema (de la corrupción) está todos los días en la prensa”.

"Es una tarea muy complicada, pero estamos decididos a hacer lo que haya que hacer", sentencia Peschard.

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