2024: Tiempos de madurez ciudadana
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Ha ido caminando la Historia hacia un sufragio para un régimen de autoridad femenina.
Se avanza hacia la meta de un ejercicio de poder confiado, como mandato, a una mujer mexicana.
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La falda y el huipil se apuntan para sentarse en la silla presidencial, y el huarache y el tacón se preparan a recorrer las sendas de servicio a las más apartadas ciudadanías.
La mujer viene desde el metate y el petate, y ha logrado capacitarse en las aulas universitarias y entrar en el mercado laboral con insospechadas capacidades de eficiencia destacada.
Ha mostrado habilidades técnicas y virtudes de trabajo en equipo y de coordinación y mandato. Se distingue por su sensibilidad social, su conocimiento del territorio y su presencia en las coyunturas que piden decisiones y soluciones.
CON VIENTOS CONTRARIOS
La mujer mexicana intenta un supremo servicio público en tiempos de secuestro y feminicidio, en que no se le deja nacer y soporta acosos y discriminaciones salariales. En que recibe en muchos ambientes un trato como si fuera un ciudadano de segunda.
Va logrando enarbolar la bandera de la esperanza en medio de transformaciones incompletas y deformaciones parasitarias. Sin desatenciones domésticas, acepta el reto de asumir responsabilidades públicas, sin soñar en matriarcado enfermizo, copiado del machismo, sino anhelando ese equilibrio de reciedumbre y de ternura que admiramos en las madres de México.
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EL GIGANTE DORMIDO
Es curiosa una democracia en que nunca ganan las mayorías, sino sólo las mayores minorías. Es alrevesada cuando es la inhibición, la abstención, la pasividad, la indiferencia y la negligencia las que tienen, sin urnas, el mayor porcentaje por la suma de su no participación. Gente que ve llover sin mojarse ve la corrida sin lanzarse al ruedo, de espontáneo.
Es el gigante dormido que juzga sucia la política y no quiere mancharse. Es el que sólo usa su tarjeta de elector para identificarse y no conoce una casilla, una fila, un trazo en boleta y un dedo entintado. Se queda tomando café o cerveza en su sitio de confort, mientras van a votar los que quieren tener motivos para quejarse o para felicitar cuando les afecten los aciertos o las equivocaciones de aquellos a quienes dieron mandato con su votación.
PULSERA DE SEGURIDAD
Surgió la sugerencia, como flor en pantano, en el barullo de las redes. Alguien apuntó que, muy pronto, será posible, por nuevas tecnologías satelitales, que toda mujer pueda llevar en su muñeca una pulsera de seguridad. Basta oprimir un botón para que se sepa el sitio exacto en que está siendo acosada, despojada o violentada y pueda recibir pronto auxilio de policía especializada por activación inmediata de cámaras, patrullas, motos y drones.
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DETALLE DEL PÓRTICO
Anselmo trae una cámara Canon con lente telescópico. Está muy concentrado enfocando el pórtico catedralicio de Saltillo. “Oye, tú no tomas fotos con celular. Esa cámara es muy poderosa”, comenta Hugo que está guardando su Samsung.
Estela, sentada en la banca de la plaza, nota que Anselmo está usando un ligerísimo tripié para mayor estabilidad. “Con ese tripié no le hace que te tiemble la mano, Anse”.
Anselmo sonríe y, al fin, oprime el disparador. “Creo que enfoqué bien. Les voy a enviar la foto a sus teléfonos”.
Todos ven sus pequeñas pantallas y admiran el detalle captado, en tanta belleza esculpida hace tanto tiempo...
Encuesta Vanguardia
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