Excelencia sin mediocridades: maximizar recursos y habilidades

¿Qué es lo que se tiene?

¿Con qué recursos se cuenta? ¿Y cuál es el mejor uso que se puede dar, aquí y ahora, a esos medios con los que se pretende lograr objetivos? ¿Cuál es la mejor ingeniería? ¿El más acertado know how, “saber cómo”?

Puede tenerse recursos suficientes mal empleados, no encontrar lo más simple para la mayor eficiencia. Y poner la escalera en pared equivocada y enredarse en complicaciones innecesarias, poniendo la carreta no atrás sino delante de los bueyes.

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Ahora que, en algunas universidades se establece un elenco de nuevas asignaturas que buscan la excelencia en destrezas y actitudes para no tolerar mediocridades, se presenta, como tarea responsable de cada universitario, el progreso constante y gradual en esas habilidades y capacidades que antes se suponían y se descuidaban.

Podrían esas instituciones abrir a la comunidad esos cursos cuyas capacitaciones son tan útiles en todos los ambientes familiares, laborales y políticos. Así habría más inteligencia natural desarrollada, sin el riesgo de disminuirse ante los artificios de una pseudointeligencia robótica, invasora y excluyente.

CONCIERTOS JUVENILES

El típico concierto en el mundo es convocatoria más o menos juvenil. En ambiente de espontaneidad, de libre expresión, de participación y aclamación. En los más grandes y espectaculares se ven filas con sacos de dormir. Por lograr los lugares mejores, no pocos duermen en la acera. El asiento no es necesario porque todo transcurre en movimiento constante.

Aplaudir, bailar y cantar. Repetidas ovaciones llenan un largo tiempo de emociones y también de ritmo compartido. En algunos grupos se cuela la droga y el alcohol.

Los conciertos van llegando a la ciudad, unos gratuitos y otros con precio de entrada. Es la forma de divertirse de quienes transitan por esa etapa de la vida en que se busca música, canto y baile para irradiar alegría con una celebración.

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ESPERANZA MEDIÁTICA

La esperanza se cultiva con la comunicación, con la información. “Señalar las lacras de nuestra sociedad es servirla”, era el lema de un periódico sumergido en tragedias, crímenes, fraudes, violencias y corrupciones. Aumentaba la compra morbosa de tales páginas que chorreaban sangre y escándalo.

Detectar las buenas noticias abiertas a la esperanza es tarea periodística que se fue contaminando. Ahora parece que lo publicable es lo que genere temor y desconfianzas. Se ha perdido la capacidad de descubrir los diamantes del acontecer. Lo que reafirme en el lector su identidad de protagonista comprometido con el bien común.

CAMINAR JUNTOS

Es una condición sinodal.

Quien camina tiene un rumbo, una meta que alcanzar. La comunidad de fe es peregrina. Su estado normal es la crisis porque cada paso hacia adelante es un riesgo de caer. Está siempre avanzando, superando obstáculos.

Y siempre en común unión. En unidad orgánica. Aprovechando las voces y las capacidades de servicio de todos los que peregrinan. Es la situación eclesial más auténtica y fecunda...