Cápsula del tiempo

Opinión
/ 2 octubre 2015

Hay ocasiones en que por diferentes razones uno deja de ver a sus amigos y conocidos. Pasa el tiempo, y por caprichos del destino, se vuelve uno a encontrar con aquellas amistades que se alejaron, e inevitablemente salen a la conversación las preguntas: "¿Y cómo has estado?" y la infaltable "¿Y cómo te ha ido?". En la menor parte de las ocasiones en que esto ocurre, se pueden escuchar historias tales como: "Fíjate que me ha ido muy bien".

En la mayoría de las veces, se suelen escuchar versiones como estas: "Y a ti, ¿qué tan mal te ha ido con esta crisis? ó "¡Nombre! con este infeliz Gobierno ¿cómo quieres que me vaya bien?". Es lamentable que para este último grupo de personas, pareciera sucederles "El efecto cangrejo": Caminan hacia atrás, no parecen encontrar la fórmula que los haga prosperar.

Si las crisis son para todos, entonces ¿A qué se debe que con el paso de los años, unos pocos, los menos, logran conquistar sus sueños, y otros tantos, los más, no los pueden conseguir?

Una máxima milenaria reza que jamás debes compararte con nadie, pues al hacerlo te volverás vano y amargado, pues siempre habrá personas más grandes, y más pequeñas que tú y es verdad, no hay que estarse comparando con nadie, sin embargo, en mi opinión, sí existe alguien con quien sí debemos compararnos: A nosotros mismos.

Existe un juego de mesa que se llama "Turista". El objetivo no consiste en a través de los dados, estar dando vueltas así porque sí, como tampoco la vida se trata únicamente de cumplir años, sino que con cada acción, avanzar para ir poco a poco adquiriendo activos: primero un País, luego un Restaurant.

Con cada compra se obtiene un objetivo definido: cobrar rentas a los demás jugadores cada que pisen la casilla nuestra. Es una estrategia. ¿Quién gana? Gana el jugador que comprendió que el juego no consiste en desaprovechar las oportunidades. Pierde el que no desarrolló esas habilidades.

La vida misma se parece mucho a este juego de mesa. No se trata de ir viviendo por vivir. Somos seres que tendemos a la evolución y progreso. Las crisis siempre van a estar presentes en nuestras vidas, y únicamente van a sobresalir aquellos que hayan acumulado conocimiento de sí mismos y de la vida en su cabeza, y genuino amor en su corazón.

Ningún viento sopla a favor de aquel que no sabe hacia dónde quiere ir. Séneca

leonardodelcio@hotmail.com

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