Extraño amparo a Cemex

Opinión
/ 2 octubre 2015

Lo curioso del caso en el amparo concedido por un juez federal de Monterrey a Cemex contra la CFC, es que éste no apuntó a un acto de autoridad, es decir, no había sanción de por medio contra la cual protegerse

El amago, en tal caso, planteaba una acción incierta, tras emitir la dependencia en lucha contra los monopolios dos oficios de presunta responsabilidad contra la cementera por supuestas prácticas monopólicas absolutas y relativas.

Digamos que la CFC lanzó una advertencia para que la firma, en tal caso, activara sus acciones de defensa en la fase previa a una resolución definitiva. Se diría, pues, que con el amparo Cementos Mexicanos está en alguna forma aceptando su responsabilidad en las acciones legales que emprendió contra una empresa importadora, que pretendía abrir una ruta para introducir cemento ruso a la competencia del mercado nacional.

Por lo pronto, resulta curioso que el resto de las firmas convocadas, es decir Holcim Apasco, Cooperativa Cruz Azul y Cementos Moctezuma, no hayan tomado la misma vía, es decir prefirieron, en tal caso, aguardar la resolución definitiva.

Llama la atención, por lo demás, que el juez de la causa haya señalado que la protección de la justicia se otorgaba como una suerte de tregua mientras se ventila si el engranaje legal con que apuntaló su proceso de investigación la Comisión Federal de Competencia empata con la Constitución.

Digamos que Cemex se juega su suerte en el penoso caso del "Mary Nour", el barco-silo griego de bandera panameña que jamás pudo descargar las 27 mil toneladas de cemento con que llegó al puerto de Tampico, a un volado: descalificar al árbitro.

La exposición de motivos habla de que la Ley Federal de Competencia le otorga facultades omnímodas a la CFC, al convertirla en policía, ministerio público, juez y aún tribunal de apelaciones.

La jugada habla de orillar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a colocar en entredicho el ordenamiento. para después poner en la mesa del Legislativo el antídoto correspondiente, es decir la creación de una instancia supervisora que analice la investigación realizada, y con base en ello se emita la sanción o la exoneración correspondiente.

¿O qué, no tienen Cemex, FEMSA, Telmex, Televisa y demás sus propios alfiles en el Congreso para hacer el trabajito, incluida la designación de los integrantes de la instancia superior?

Naturalmente, reducida la instancia antimonopólica a una simple oficialía de partes con perfil de ministerio público, habría que empezar de cero en la impugnación jurídica de sus procedimientos.

¿Se acuerda usted cuando la CFC perdía tres de cada cuatro casos al ubicar los jueces, magistrados y demás supuestas
rendijas en la ley? Bien, pues ahora que se le ha dado la vuelta a la tortilla, es decir se ganan tres de cada cuatro casos, habría que buscar nuevas zancadillas. Lo cierto es que el esquema que provoca el desgarre de vestiduras es idéntico al que siguen la mayoría de los órganos similares en los países desarrollados.

De hecho, aunque España adoptó una ruta más o menos similar a la que se pelea, al aceptar la creación de una suerte de fiscal alterno que valore las indagatorias, hace dos años decidió dar marcha atrás ante la improcedencia del esquema.
La maraña generaba impunidad.

Lo curioso del caso es que las flechas envenenadas sólo apuntan hacia el órgano que afecta los intereses de las firmas hegemónicas, en un horizonte en que con la misma lógica se podría acusar de juez y parte al resto de las comisiones.

Estamos hablando de la Federal de Telecomunicaciones, de la Nacional Bancaria y de Valores, de la del Sistema de Ahorro para el Retiro y aun de la Reguladora de Energía.

Por lo pronto, Cementos Mexicanos ya ganó al menos un año en su pelea por no enfrentar los cargos de obstruir la competencia en un mercado en que es rey.

albertobach@yahoo.com.mx barrancoalberto@prodigy.net.mx

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