El México que todos queremos tener
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Es tiempo de reflexionar y preparar un nuevo mundo, donde los aficionados puedan ver espectáculos deportivos sin violencia.
Me acompañó siempre durante mi viaje ese volcán en permanente erupción, como puede definirse al boxeo, y desde luego los múltiples problemas por los que pasa el mundo.
En Tailandia, la enfermedad del Rey, mi ídolo y amigo, si se me puede llamar así con un Rey. Las demostraciones políticas por las calles con una bomba aquí y otra allá; otro acto de protesta en Hong Kong, mi lugar favorito para un total descanso, sin celulares, ni computadoras, ni llamadas, y en donde se pueden encontrar todos los artículos que se fabriquen en el mundo.
Después me trasladé a Los Angeles, en cuyo aeropuerto me revisaron hasta las amígdalas, y luego a mi México querido, en donde leo en los periódicos y veo en la televisión fotos de muertos y escandalosas noticias de violencia, porque yo, viajando de la ceca a la meca, jamás lo he visto; y estos hechos me confirmaron que tenemos dos "Méxicos", aunque los medios insistan que sólo es uno, el de la violencia y el crimen.
Durante mi gira por mi querido país confirmé la realidad nuestra en el sentido de que un México, el más pequeño, formado quizá por el 1 por ciento de nuestra población total, está sumergido en la que nos trata de exportar y otros quieren impedir el paso de la droga a Estados Unidos, una realidad en la que bien podíamos quedarnos al margen o apoyar lo que estamos haciendo ahora, liderados enérgica y patrióticamente por nuestro presidente Felipe Calderón, pero condicionado a que Estados Unidos lo pague y no nosotros, porque México es sólo la carretera que conduce a los envíos de toda Latinoamérica... ¡qué desgracia!
Pero existe otro México, el del 99 por ciento de mexicanos, que llenan hasta el tope las arenas donde se presentan funciones de boxeo, sin que haya existido un solo acto de violencia en los tres años que tenemos desde nuestra resurrección, en donde sólo vemos pleitos a un round entre el público con los seguidores de Erik Morales contra los de Barrera, y también los increíbles 24 puntos de rating de televisión en la pelea entre Pacquiao y Clottey; recepciones multitudinarias a deportistas en aeropuertos, sin escándalos, y lo mismo podríamos decir de otros deportes; el México que trabaja, que lucha, que sufre, que sueña, orgulloso de nuestra historia y de nuestro pasado... ese México que los medios callan... con hoteles con baja ocupación por el miedo a algo que nunca hemos visto en las playas de nuestra patria.
Y yo pues digo que a mí "mis pulgas", yo seguiré trabajando, soñando, y viviendo lo mejor que pueda durante los años que el Señor de arriba todavía me conceda en la tierra. Ojalá y que todos nuestros boxeadores se convirtieran en embajadores para la paz en México; que con esa hombría que los distingue como a nadie en el ring, sin balas, trabajen con toda la familia del boxeo desde la niñez para inculcarle a todos los jóvenesmexicanos una actitud mental positiva en la que vean que no necesitan vivir como los ratones, buscando un agujero para vivir y saliendo solo a buscar la comida a la espalda de todos, exponiendo su vida.
También participé en un congreso sobre el derecho en el deporte, en el Senado de la República, por primera vez invitado, para llegar a una conclusión que tiene directa relación con la forma que tienen, tenemos diría yo.
Quienes dirigimos alguna institución, principalmente en el Gobierno, al otorgar nombramientos sin considerar el perfil de la persona, y con ello los resultados, como lo indicó un abogado asistente y la lideresa deportiva tan querida por todos, Queta Basilio...; fomentamos mediocridad en el trabajo pues no buscamos especialistas, sino "todólogos"...
felicito al congreso del derecho en el deporte, especialmente porque ya es tiempo de reflexionar y preparar un nuevo mundo, uno que entienda que estamos en el siglo XXI, y que es más vida, es más bonito, soñar, trabajar, comer sabroso, ser aficionado al deporte, asistir sin miedo a estos espectáculos, en un mundo nuevo de paz y servicio a los demás. Mil disculpas por no haberme metido de lleno al deporte de mi vida, el boxeo, en esta ocasión, pero tenía que decir lo que sentía fuertemente al sentarme a escribir mi Gancho al Hígado, que de paso, debo agradecer a mi amigo Francisco Ealy la oportunidad de su invitación de expresar en blanco y negro mis experiencias y sentimientos de una vida que está ya, más "Pa'allá que pa'acá."
Muchas gracias, hasta el próximo domingo.
Wbc.boxing.tv o suljos.tv y también suljosblog.com ya se convirtieron en sitios muy consultados por los cibernautas, gracias.
Comentarios: suljoss@gmail.com