Grata ociosidad

Ahora estoy sentado en mi mecedora del jardín.
¿Qué estoy haciendo? Nada. Absolutamente nada. No estoy leyendo. No estoy resolviendo un crucigrama ni un sudoku. No estoy jugando una partida de ajedrez en mi iPad. No estoy viendo pasar las nubes, ni mirando las flores o los árboles para sacar de esa contemplación un hondo pensamiento acerca de la vida. No estoy haciendo nada, aparte de estar sentado en mi mecedora del jardín.
Creo que de vez en cuando todos tenemos derecho a no hacer nada. Debemos aprender a disfrutar en soledad de nuestra compañía, sin sentirnos culpables ni pensar que estamos cometiendo el pecado mortal de la pereza. A pulso hemos ganado el derecho a esos sabrosísimos minutos de completa ociosidad.
Ahora estoy sentado en mi mecedora del jardín.
¿Qué estoy haciendo? Nada, lo dije ya. Absolutamente nada. Aunque quizá me equivoco al decir eso. Estoy viviendo. Estoy gozando el gozo inmenso de vivir.
¡Hasta mañana!...