`Estoy molesta porque mi hermano no ayuda económicamente a mis padres.'

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QUERIDA ANA:
Me gustaría saber su opinión. Soy la única mujer en la familia, tengo un hermano dos años menor que yo. Mis papás se conocieron aquí en Arteaga, mi mamá llegó de Galeana, N.L. a trabajar en una casa en Saltillo.
Ellos tenían 17 años cuando se casaron y en ese tiempo mi papá encontró trabajo en una fábrica.
Siempre han batallado económicamente. De hecho, mi hermano y yo sólo estudiamos hasta la secundaria porque mi papá no podía seguir pagando las cuotas.
Desde los 15 empecé a trabajar en una estética, lo que ganaba era para completar para los gastos de la casa, ropa, comida y la escuela para mi hermano.
Lo único que ayudaba era que no pagábamos renta, pues mi abuelito le ayudó a mi papá a comprar la casa cuando se casaron.
Al tiempo, a mi papá le correspondía una casa como prestación en Saltillo y como allá trabajaba, nos fuimos. Al principio no conocíamos, pero después nos gustaba mucho, hasta nos sentíamos importantes por vivir en una ciudad grande y no en el pueblo como el resto de la familia.
Las cosas iban bien, yo seguía trabajando para ayudar a mi papá. Él seguía trabajando en la fábrica, en mantenimiento y poco a poco se ganó la confianza de sus jefes. Teníamos acceso a un seguro médico particular en una clínica reconocida.
Todos los fines de semana nos íbamos para Arteaga a ver a mis abuelitos y como la casa estaba sola, pues allí nos quedábamos a dormir todo el fin de semana.
A pesar de todo eso, un día mi papá nos dijo que renunciaría a la fábrica, que ya estaba cansado de todos los años que había trabajado y que quería regresarse a Arteaga y allá buscaría un trabajo, aunque fuera cuidando un rancho.
Gracias a que la relación con sus jefes era muy buena, como un gesto de agradecimiento por los años trabajados, no le aceptaron la renuncia y lo despidieron, con todo lo que por ley le correspondía económicamente.
Para nosotros eso fue algo que vino a cambiarnos la vida, de un día para otro, teníamos mucho dinero. Compramos ropa, cosas para la casa y hasta un carro.
El gusto nos duró poco, pues la mala administración de mi papá muy pronto nos llevó a estar sin dinero otra vez, no supimos cuidar, queríamos tener todo lo que durante toda nuestra vida nos había faltado y el dinero se terminó.
Me casé con un muchacho de Durango, noble, sencillo y trabajador y ahora tenemos dos niñas. Años después mi hermano también lo hizo.
Los problemas no han acabado, mi papá ha recurrido a muchos préstamos para vivir. El único trabajo estable ha sido como vigilante en un club deportivo. No tiene seguro y su sueldo sólo le alcanza para medio comer.
Hace un mes, mi papá ofreció en venta nuestra casa de Arteaga y un familiar se la cambió por una más pequeña y le dio una cantidad de diferencia, que le sirvió para pagar a los prestamistas.
Mi hermano está en trámites de divorcio y está viviendo con ellos. No trabaja y no ayuda con nada enla casa, mi mamá tuvo que regresar a trabajar en una casa y mi papá sigue de vigilante en el club deportivo.
A mí me da mucho coraje de ver cómo mi hermano abusa de mis papás. No les ayuda en nada, se la pasa encerrado viendo televisión y los fines de semana mi papá le da dinero par que compre cerveza. Cuando yo he necesitado dinero nunca han podido ayudarme, y eso que fui yo quien les ayudó cuando estaba soltera. En cambio mi hermano, que nunca ha tenido trabajo estable, ahora es quien está de mantenido con mis papás. Y ellos no le dicen nada, lo dejan que siga de flojo. Ya no sé ni quién tiene la culpa, él por seguir cómodamente, o ellos por permitirlo.
MARIA
QUERIDA MARIA:
Son notorias las diferencias que hacen tus papás entre tu hermano y tú. Entre la falta de educación, la ignorancia y el machismo en nuestra sociedad, cada vez es más frecuente que en muchas familias se sufran situaciones muy similares a la tuya.
Dar preferencia a los hijos varones antes que a las mujeres es una práctica común. Este fenómeno es provocado por diversos factores sociales y familiares. Quizá en la familia de tu papá también se dio alguna situación similar, aún así, no se justifica que siga sucediendo.
Te recomiendo que hables tranquilamente con tus papás y les expongas tu sentir, la impotencia que sientes al ver cómo tu hermano actúa y lo considerados que son con él aún y cuando él no hace nada por ellos.
Quizá no logres mucho, pues a como me dices que es tu papá, tal vez ni siquiera logre comprender al cien por ciento la situación. Aquí lo importante es que expreses lo que sientes. No siempre resulta favorable una plática de este tipo, por eso debes de ser cuidadosa en la manera que lo planteas. Hay una probabilidad muy alta que en lugar de comprenderlo, se enojen o te reclamen. Son demasiados los años que ha sido la misma situación y no es sencillo cambiarlos de un día a otro.
Ten paciencia y sobre todo, vive tranquila al lado de tu esposo y tus hijas.
ANA