Se vende un caballo
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"Puse un letrero en mi rancho. Cuando lo estaba clavando sentí ganas de llorar. Dice: `Se vende un caballo'...".
Con esos versos empieza una canción que Vicente Fernández escogió para hacerla formar parte de su repertorio. La canción es de Humberto "Fito" Galindo, uno de los más inspirados compositores que Coahuila ha dado a México. Es un artista popular; es decir del pueblo. Se debe hacer esa precisión, pues hay música popular que no es popular. Se escribe para el pueblo, sí, pero no sale del pueblo. La música de Humberto Galindo es auténticamente popular, porque al pueblo pertenece su autor y porque hace sus canciones para el pueblo. Por eso han alcanzado la permanente popularidad que sólo el pueblo da.
Humberto "Fito" Galindo es de Zaragoza. Ahí lo conocí hace bastantes años ya. Me invitó a su casa; me habló de sus canciones. Yo le pedí que me escribiera de su mano los primeros versos de "Se vende un caballo", y los conservo como preciado autógrafo. Luego, años después, saludé a "Fito" en Allende. Es un hombre sencillo; posee la humildad de los que valen. Sus canciones son casi todas de amor y desamor, pero tiene otras en que se ocupa de temas diferentes. No sé si una canción como "Primera, segunda y tercera" pueda inscribirse en la línea de las llamadas "canciones de protesta". Quizá no, porque en ella Humberto no protesta: simplemente declara una verdad.
Hay cunitas que son un petate,
y cobijas de manta y de seda.
Sin saber, al nacer ya venías
en primera, segunda y tercera.
Hay palacios, casitas, jacales;
son el centro, la orilla y afuera.
Ahí te miden también cuánto vales.
Son primera, segunda y tercera.
No se pueden cortar ciertas flores
de jardines que no son tu tierra,
pues también en cuestiones de amores
hay primera, segunda y tercera.
Al nacer ya el destino te marca
en primera, segunda o tercera,
desde el día en que en la cuna te tapan
hasta el día en que te cubren de tierra.
Pues ahí también hay distinciones;
ni de muerto te escapas siquiera.
Dividieron también los panteones
en primera, segunda y tercera.
De primera, segunda y tercera.
