¿Ensayo general la reforma laboral?

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Al día siguiente de la noche de bodas el novio fue a pagar la cuenta del hotel. No le cobraron nada, y además le dieron un cheque por 5 mil pesos. "¿De qué es esto?" -preguntó con asombro el recién casado. "No se sorprenda, joven -le dijo el encargado-. A otra pareja le acabamos de dar 10 mil pesos". "¿Por qué?" -quiso saber el muchacho. Le explicó el otro: "Porque la noche de bodas de esa pareja la trasmitimos por televisión, y la de ustedes nada más la pasamos por radio". Mi ciudad ha sido siempre tierra de poetas. Un viejo decir dice: "En Saltillo el que no es poeta hace cajeta". (La cajeta es un dulce sabrosísimo hecho con pulpa de membrillo o perón, frutos emblemáticos de las huertas que plantaron en el fértil valle saltillero nuestros antepasados tlaxcaltecas). Hemos tenido muchísimos poetas, y de variada inspiración, desde el infortunado Acuña hasta el sonoro bardo que escribió estos versos inmortales: "Saltillo, siempre Saltillo, / con sus grandes catedrales, / Saltillo, ciudad de brillo, / siempre remedia los males. / Con su Benemérita y Centenaria Escuela Normal, / y con su glorioso Ateneo Fuente, / y también con su Instituto Tecnológico Regional, / SEP 35-278, Sección Quinta sindical, / que está del Ateneo enfrente". Si eso no es poesía tampoco lo es la de Homero. Saltillo ha acogido también a vates llegados de otras tierras. Uno de ellos pasó muy mal su primera noche en la ciudad. Un pícaro zancudo, mosquito zumbador, se la pasó rondándole la cabeza con su insistente silbidito. Al día siguiente el bardo escribió una lapidaria redondilla para fulminar al maldecido insecto. Dicen así sus versos: "Haz como piojos o chinches, / que tienen educación: / pícame hasta que te hinches, / ¡pero no chifles, cabrón!". Anoche me desveló a mí no un zancudo, sino una hipótesis. Y ni modo de hacerle una redondilla a la hipótesis. Es ésta: la reforma laboral es un ensayo general. (Dress rehearsal, dicen quienes hablan en inglés, esa lengua que en las normales rurales michoacanas ha sido proscrita para siempre por ser instrumento de dominación capitalista). ¿Ensayo general la reforma laboral? ¿De qué? ¡De la reforma energética, que en el sexenio de Enrique Peña Nieto será la madre de todas las reformas, la más importante, la mayor! La reforma de las leyes sobre el trabajo -sigo hablando hipotéticamente- habría sido un modo de saber cuál será el posible comportamiento de los diputados y senadores de los diversos partidos cuando se les plantee la necesidad de cambiar la añosa legislación que rige en materia de petróleo y que norma el funcionamiento de la empresa encargada de su extracción y manejo, PEMEX. No cabe duda: se deben superar actitudes de nacionalismo a ultranza que no están acordes ya con el cambio de los tiempos ni con el mundo de hoy. Para que México pueda progresar es necesario aprovechar cabalmente el petróleo, importantísimo recurso del cual depende en buena parte nuestra economía. Ese aprovechamiento no puede conseguirse si México no se abre a formas modernas de inversión y de colaboración internacional. Así las cosas -continúa la hipótesis- hay que ir preparando el terreno mediante la observación de la conducta de los legisladores pertenecientes a las diversas tendencias partidistas, a fin de medir las probabilidades de que aquella gran reforma -la energética- pueda prosperar. No me parece muy aventurada esa hipótesis, aunque tampoco me atrevo a suscribirla con mi firma, sobre todo porque del hecho de suscribir con mi firma algún papel han derivado casi siempre consecuencias que luego he lamentado. Con gemebundo acento un pordiosero le dijo a Capronio, sujeto ruin y desconsiderado: "Señor: no he probado comida en dos días". "No se preocupe -le contestó el desgraciado-. Sigue sabiendo igual". Don Chinguetas y doña Macalota hacían juntos las compras en el súper. Vio él un tequila marcado a la mitad de precio, y puso la botella en el carrito. "¿Qué haces? -se molestó su esposa-. Deja esa bebida en su lugar". De mala gana don Chinguetas sacó la botella del carrito. Poco después doña Macalota vio una fina crema para la cara, también con descuento del 50 por ciento. Sin vacilar puso el frasco en el carrito. "¿Qué haces? -le dijo su marido-. Deja esa crema en su lugar". "No -opuso la señora-. Esa crema me quita lo feo". Replicó don Chinguetas: "El mismo efecto tiene el tequila, y no me dejaste comprarlo". FIN.