Videgaray y Rosario Robles no tienen pretextos

Opinión
/ 2 octubre 2015

Las cifras presentadas ayer por el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) no fueron apocalípticas ni mucho menos.

El número de mexicanos en situación de pobreza pasó de 52 millones 813 mil en 2010 a 53 millones 350 mil en 2012. Es decir, creció uno por ciento. Y el de personas en pobreza extrema se redujo en el mismo lapso de 12 millones 965 mil a 11 millones 529 mil. Es decir, decreció 11.1 por ciento.

Puede afirmarse que estas son las cifras finales del gobierno de Felipe Calderón, le pregunto al secretario ejecutivo del Coneval, Gonzalo Hernández Licona. Definitivamente, responde: cifras a diciembre de 2012.

Son también las cifras con que comienza la cuenta del gobierno de Enrique Peña Nieto, el primero que contará con la curva demográfica a su favor. Bastaría un crecimiento sostenido de la economía de tres, cuatro por ciento, para tener un descenso en el número de pobres, explica Hernández Licona.

No hay consultora internacional que no hable de un repunte de la economía mexicana y, por tanto, del ingreso de los mexicanos a partir de la segunda mitad de esta década. Los 53 millones 350 mil mexicanos podrían ser el punto máximo en la historia del país.

Las condiciones parecen dadas. De no ocurrir catástrofes económicas-financieras, como las de 1995 o 2009, los secretarios de Hacienda, Luis Videgaray, y Desarrollo Social, Rosario Robles, no van a tener pretexto para no presentar buenas cuentas en 2015.

La curva de la pobreza parece estar a punto de entrar en declive. Lento, lentísimo, sí, pero declive al fin.

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