Más allá de los dogmas: El verdadero sentido de la reforma energética
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Cerca del 40 por ciento del Gasto Público es financiado con recursos del petróleo; esto constituye un absurdo, estamos usando recursos de la venta de un activo no renovable para financiar gasto público corriente.
La propuesta de reforma energética presentada por el presidente de México, Enrique Peña Nieto, contempla modificaciones al artículo 27 y 28 de la Constitución Política de México, para retomar "palabra por palabra" la redacción del decreto que implementó Lázaro Cárdenas en 1938 y que se convirtió en ley en 1940.
El decreto expropiatorio de 1938 le puso un alto a los abusos de las compañías petroleras, pero no prohibía la participación privada en el sector de hidrocarburos, claramente se reservaba al Estado el definir la modalidad en como los particulares pudieran participar en tal industria. Estas compañías significaban poderes fácticos en aquella época. No respetaban los derechos laborales y mantenían a su favor el tratamiento fiscal que se les era aplicable. La Reforma presentada propone lo siguiente.
En materia de petróleo y gas:
1. Contratos de utilidad compartida, que celebraría el Gobierno de la República con Pemex y/o particulares, en las etapas de Exploración y Extracción. Con ello, el Estado mantiene el control absoluto sobre los hidrocarburos sin que ello signifique que los particulares no puedan participar en tales etapas.
2. Permisos del Gobierno de la República con Pemex y/o particulares para Refinación, Petroquímica, Transporte y Almacenamiento.
3. Corrige el Régimen Fiscal de Pemex para que sea plenamente competitivo, que se presentará en el marco de la Reforma Hacendaria.
4. Reestructura de Pemex y sus subsidiarias en dos divisiones: Exploración y Producción; y, Transformación Industrial, con el objeto de darle un gobierno corporativo eficaz y moderno a Pemex.
5. Mejora las condiciones de transparencia y rendición de cuentas en Pemex.
6. Establece una política nacional de fomento a las compras de proveedores nacionales.
En materia de energía eléctrica:
1. Participación de particulares en la generación de electricidad, para lograr mayor oferta a menor costo.
2. El Estado mantendrá, en exclusividad, el control del Sistema Eléctrico Nacional, así como el servicio público de las redes de transmisión y distribución, garantizando el acceso de todos los generadores de electricidad.
3. Se fortalece a la Comisión Federal de Electricidad, mediante una mayor flexibilidad operativa y de organización, que ayudará a reducir costos.
4. Se refuerzan las facultades de planeación y rectoría de la Secretaría de Energía y de la Comisión Reguladora de Energía.
5. A favor de la sustentabilidad, que permitirá invertir en forma creciente en el desarrollo tecnológico y la adopción de fuentes de energía limpias y amigables con el entorno natural, promoviendo el uso de energías menos contaminantes y de bajo costo, como la eólica y la basada en gas natural.
La Reforma planteada es clara en establecer que el petróleo y los demás hidrocarburos continuarán siendo patrimonio exclusivo de la Nación y los mexicanos los únicos beneficiados por la renta petrolera.
Contrario a lo que muchos piensan, el argumento para buscar la inversión privada en las actividades que realiza Pemex no es por la falta de recursos de la paraestatal, por el contrario, el Gobierno es quien no los tiene. Pemex genera grandes recursos de la explotación de los hidrocarburos, pero son utilizados para subsanar la baja recaudación del actual sistema tributario y complementar el gasto programado.
Cerca del 40 por ciento del Gasto Público es financiado con recursos del petróleo; esto constituye un absurdo, estamos usando recursos de la venta de un activo no renovable para financiar gasto público corriente. Por tal razón resulta indispensable que la Reforma Fiscal procure incrementar los ingresos tributarios para hacer posible una menor carga fiscal para Pemex y obtener recursos suficientes para financiar un ambicioso programa de largo plazo en materia de hidrocarburos convencionales y no convencionales, como sucede en el entorno internacional.
La inversión privada en Pemex es necesaria, la razón es por el riesgo que tienen ciertas actividades, como la exploración en aguas profundas y la explotación de pozos que llegan a ser exitosos, pues se sabe que 1 de cada 10 pozos es exitoso, y conlleva un alto riesgo explotarlo. Esta es la razón por las que las empresas se asocian: para compartir tecnología pero también para compartir riesgos. El elemento rector para incorporar la inversión privada en Pemex, es la flexibilidad para asociarse donde sea conveniente en ejercicio de la soberanía del Estado sobre tales recursos. La Reforma busca potenciar el aporte que la explotación de un recurso no renovable, que es propiedad exclusiva de la Nación, pueda hacer a favor del desarrollo nacional.
Como lo he señalado en esta columna, es fundamental el apoyo a las empresas nacionales al establecer una política nacional de compras a proveedores nacionales por parte de Pemex, incluyendo a las pequeñas y medianas empresas, pues incidirá en la fortaleza del desarrollo económico interno.
La situación del sector eléctrico es incompatible para tener un crecimiento sostenido, actualmente los hogares y empresas pagan la ineficiencia en generación y las mermas en distribución. Por ello, México ocupa el lugar 79 en en la calidad de la oferta de electricidad, superado por países como Brasil, Perú, Guatemala, Colombia, Chile y Uruguay.
Una mayor oferta de hidrocarburos necesariamente beneficia al sector eléctrico, por lo que reconocer que la generación de electricidad puede ser mucho mas eficiente por medio de la libre concurrencia de plantas generadoras privadas significa que ambos elementos de la reforma harán posible una mayor oferta de electricidad a mejores precios para las familias y empresas mexicanas e impulse la competitividad del país. Por ello, se busca crear un mercado de generación para disminuir los costos sin que el Estado pierda la rectoría en el control del sistema eléctrico nacional y la exclusividad en transmisión y distribución de electricidad. Dar garantías de acceso a la red de transmisión, harán posible proyectos de generación basados en una mayor oferta de gas natural producto de la reforma en hidrocarburos o con base en fuentes de energía renovable, facilitando el desarrollo de nuevos proyectos de inversión en generación favoreciendo un uso eficiente de las diversas fuentes de energía y con menores tarifas en beneficio de la población.
Por Alejandro Gutiérrez G.