Mirador

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Llegó sin avisar y me dijo:
-Soy la tijera.
Le pregunté, desconcertado:
-¿Cuál tijera?
-La misma -respondió.
Debo haber puesto cara de bobo, pues sin que yo se lo pidiera me explicó:
-Habrá usted oído la expresión: "Están cortados por la misma tijera". Yo soy esa tijera, la misma. Pero sucede que nadie está cortado por la misma tijera. Todos están cortados por tijeras diferentes. Nadie es igual a otro. Todos los seres humanos son diferentes, y esas diferencias se deben respetar. Cada hombre, cada mujer y cada niño son únicos e irrepetibles. Reconocer su valor como individuos es el principio de una sana convivencia.
Yo me asombré al oír hablar así a una tijera, y de inmediato supe que no estaba cortada por la misma tijera.
¡Hasta mañana!...