El Diccionario Urbano

Una idea extendida es que los diccionarios son ladrillos hechos por "académicos", en el peor sentido del término: intelectuales desconectados de la gente "real", cuyo pasatiempo es citar a poetas del siglo 17, y que desean imponer a todo el mundo una manera "correcta" de hablar.

No ayuda a cambiar la impresión que durante años el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua -algo así como el diccionario "oficial" del español- se empeñara en erradicar el barbarismo "software" de nuestro idioma con una traducción imposible. Véase un ejemplo: "MacOS es mejor soporte lógico que Windows."
Por algo durante mucho tiempo el diccionario de María Moliner fue preferido por muchos escritores y periodistas.

Pero en general quienes elaboran un diccionario se plantean dos objetivos. El primero es discernir si una palabra ha tomado suficiente fuerza en el habla cotidiana como para permanecer. El segundo es comprender su significado y plasmarlo.

La naturaleza de los diccionarios tradicionales, sin embargo, les impide recoger la riqueza del lenguaje hablado en la calle. Y en esas estábamos cuando llegó internet.

En 1999 un estudiante estadounidense fundó en línea el "Urban Dictionary", un diccionario donde, siguiendo la filosofía de la célebre enciclopedia en línea Wikipedia, cualquiera puede sugerir entradas y definirlas él mismo.

A día de hoy va por las ocho millones de palabras. Y es un caos.

De una misma palabra pueden coexistir diferentes "definiciones". Entrecomillo "definiciones" porque en ocasiones lo son, pero muchas otras veces son más bien descripciones, que frecuentemente están llenas de groserías. Hay usuarios que dan de alta el nombre de su pareja para definirla a continuación como la persona más cariñosa y tierna del mundo. Hay otros que se empeñan en darle un toque glamouroso a lo que sea que ellos se consideren -hipsters, nerds, geeks, o emos.

Mucho de lo que hay en "Urban Dictionary" es, pues, basura. Pero esto no preocupa a sus administradores ni usuarios, porque la parte valiosa es la que tiene un punto de rigor. Hoy en día se le utiliza para comprender el caló que utilizan los personajes de "The Wire" o las canciones de los hip hoperos, pero también se la ha citado como referencia en juicios para entender cuál era la intención de los acusados: al usar un término preciso de caló, ¿el acusado estaba haciendo una referencia de índole sexual a su empleada?
Pero la popularidad del "Urban Dictionary" ha generado algo inesperado. Miles de personas están disfrutando con lo que alguien en el mismo diccionario definió como "neologasm": el placer que se experimenta cuando se crea o escucha una palabra nueva. Al saber que millones de personas leerán en Urban Dictionary sus ocurrencias, miles están buscando nuevos sentidos a las palabras, y aplicando de manera creativa expresiones populares.

Así, "cheesin'" es el acto de sonreír en exceso, como si te estuvieran tomando una fotografíatodo el tiempo. "Ghetto juice" es la bebida de un litro que se anuncia como jugo aunque sólo contiene un mínimo porcentaje. "Pornocchio" es una persona que exagera su desempeño sexual. "Google Holiday" es una de esas conmemoraciones que a nadie importan pero que el buscador celebra. "Grenade" es la chica poco agraciada que siempre hay en un grupo de chicas guapas. "Antistalking" consiste en aprender metódicamente la rutina de otra persona para evitar encontrarse con ella. "Book Hangover" es algo así como "cruda de libro": cuando terminas uno y el mundo real te parece incompleto o surreal porque sigues viviendo en el mundo ficticio de la historia. "Poster's Remorse" cuando te arrepientes de publicar algo en Facebook o similares.

Desafortunadamente, como tantas cosas en internet, sólo existe en inglés. Pero quizá si alguien convence a Carlos Slim de que le puede generar dinero...

@luisalfredops / www.librosllamanlibros.com