Ana Frank
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Las letras de Ana Frank dan testimonio de vida y coraje en las condiciones más duras, adversas y oprobiosas para cualquier ser humano
Había leído fragmentos en mis mocedades. Párrafos, palabras sueltas de aquí y de allá; incluso, no tenía el libro. Si acaso lo compré alguna vez, en uno de tantos cambios de residencia, se perdió. Hoy, por un trabajo que tengo buen rato escribiendo (algo así como obras creadas dentro de universos asfixiantes y cerrados: las cuatro paredes de una habitación, de un hotel, muros y barrotes de una cárcel), he comprado una espléndida edición anotada del "Diario" de Ana Frank y su lectura me ha rasguñado el alma.
Amén de haber adquirido la edición de la editorial Random House Mondadori, he ido comprando materiales bibliográficos que se mueven en este entorno y los cuales hacen referencia a la adolescente Ana Frank, su familia y ecosistema en el cual fue creada una obra sobrecogedora, un testimonio de fuego el cual terminaría en un destino de infortunio. Los Frank serían delatados. Vivían en "la casa de atrás" junto con la familia Van Pels, de Alemania y los servicios de la Gestapo nazis los detendrían para enviarlos a campos de concentración. La adolescente Ana Frank moriría en el campo de Bergen-Belsen en marzo de 1945.
Ocho personas permanecieron recluidas de junio de 1942 a agosto de 1944 en la llamada "casa de atrás", edificio y habitaciones contiguas a las oficinas donde despachaba Otto Frank, comerciante judío alemán el cual luego de la invasión, emigró con toda su familia a Amsterdam. El viernes 12 de junio de 1942, le fue regalado a Ana Frank un diario por su cumpleaños. Éste con el correr de los años y del encierro, sería la semilla fundadora de otras libretas y diarios donde la adolescente dejaría testimonio escrito de las condiciones de vida en que sobrevivieron, las tensiones cotidianas, las ganas de aferrarse al mundo con uñas y dientes, y atisbar un futuro de libertad; futuro el cual la adolescente de dientes chuecos y piernas larguiruchas y sobre todo, la muchacha "parlanchina" como se definía a sí misma, jamás vería.
De 13 años, el sábado 20 de junio de 1942, Ana escribiría: "El papel es más paciente que los hombres". Amén de lo opresivo del texto, donde se han depositado casi todos los acentos, poco se ha reparado en los sentimientos y tensiones de una adolescente en formación, la cual dejó letras escritas y apreciaciones muy personales sobre su naciente sexualidad, el coqueteo explícitamente sexual de la señora Auguste Van Pels con su padre y su propio coqueteo y despertar sexual.
Esquina-bajan
Testimonio de vida y coraje en las condiciones más duras, adversas y oprobiosas para cualquier ser humano, las letras de Ana Frank dan cuenta de huellas, girones de piel y sangre arrancados de cuajo a las sombras. Todo estaba prohibido cuando las familias judías estaban en su escondite. A la derecha de la buhardilla habilitada como escondite, estaba la compañía Keg y a la izquierda una ebanistería. No obstante que los lugares quedaban vacíos cuando terminaban su horario de trabajo, los Frank y los Van Pels no podían hacer ruido que los delatara.
La línea de Ana Frank es devastadora: "Por eso, hemos prohibido a Margot (hermana mayor de Ana) que tosa por las noches, pese a que está muy acatarrada, y le damos codeína en grandes cantidades". Líneas después escribiría: "Está claro que no podemos mirar por la ventana ni salir fuera. También está prohibido hacer ruido. es el silencio lo que por las noches y al caer la tarde me pone tan nerviosa.".
Universo asfixiante, hermético, oscuro, donde vivir atado a todos los miedos era cosa no diaria, sino la única, el único sentimiento posible; un miedo perenne, sin llanto, sin reposo ni refrigerio. En este túnel sin salida, la voz de Ana Frank se erigió digna y poderosa, otorgando a la humanidad toda; sí, a la humanidad toda, un ejemplo de carácter y de entereza divina.
Letras minúsculas
Annelies Marie Frank, murió de tifus -17 mil judíos sucumbieron por dicha epidemia- en marzo de 1945 en el campo de concentración de Bergen-Belsen.