Postal de la guerra azul de porquería

Opinión
/ 2 octubre 2015

Sorprende la mesura del senador Ernesto Cordero ante una ofensiva que parece y huele a fuego amigo, a inmundicia doméstica, a guerra panista de porquería.

Las grabaciones filtradas el viernes por una mano que trató de dañarlo, le daban a Cordero la oportunidad para marcar diferencia con el grupo que, por lo visto, sigue mirándolo como enemigo a destruir. De señalar al maderista Luis Alberto Villarreal y su gente como símbolos de la corrupción a erradicar. Eso, a fin de cuentas, es lo que dice en la grabación filtrada.

Pero Cordero ha optado por la prudencia, por protestar por la ilegalidad de las grabaciones y punto. Es su derecho determinar a qué pleitos acude y cuándo. Quizá sea estrategia. Quizá esté afinando el contraataque. O quizá hay algo que no lo hace sentir del todo seguro para acusar de corruptos a sus "compañeros" de partido.

Extraña, también, la distancia que ha tomado el por lo general omnipresente Gustavo Madero. Trae en la bolsa el capital de un buen 2013 y hay la creencia de que nadie lo molestará para que siga en la presidencia del PAN hasta las elecciones de 2015. Es secreto a voces, además, que pronto dejará el cargo para buscar la reelección, incluso si no existiera rival.

Curiosa hostilidad esta de principio de año. Un disparo muy sucio y luego el silencio. Ayer voló otra filtración y tampoco hubo mucho ruido.

Así las cosas, Cecilia Romero se prepara para asumir la presidencia interina, Juan Manuel Oliva guarda sus recursos para la próxima mano y Josefina... ¿Josefina Vázquez Mota? Parece que no ha regresado de vacaciones.

Bonita postal familiar de año nuevo.

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