Responsabilidad generacional

Opinión
/ 24 abril 2014

Estos días vacacionales de semana santa me han hecho reflexionar sobre la muerte, la eterna compañera del ser humano. Bien dice el dicho popular que la única certeza que tenemos las personas al nacer es que nos vamos a morir, y que vamos a pagar impuestos.

Hace unos meses, nos toco acompañar en su última morada, su sepelio, a Don Eduardo Ritz Iturrios, mejor conocido en Culiacán como Don Guayo. Don Eduardo fue un connotado empresario agrícola, además de haber sido compadre de mi padre Maquio.

El despedir a Don Guayo me trajo una gran añoranza, porque me genero gratos recuerdos de mi infancia que compartimos las dos familias. Las visitas al campo y al empaque agrícola los sábados; las idas a montar a caballo; los paseos a las playas de Altata y El Tambor. En esta última, Don Eduardo organizaba todas las semanas santas El Chinchorro, ahí se reunían por invitación de la familia Ritz, todos sus amigos y sus familias. Unos pescadores contratados por Don Eduardo lanzaban una inmensa red de pesca llamada chinchorro, que luego todas las familias, padres e hijos, hombres y mujeres, grandes y chicos, jalábamos para sacar la red, y con suerte obtener pescado para comer. El anfitrión, previsor, compraba un poco de pescado con anticipación para así garantizar la comida de todas las familias invitadas.

Ahí pasábamos todo el día jalando el chinchorro, después comiendo bajo una carpa y chiroteando en la playa y en el mar. Eran unas convivencias padrísimas.

Pero la añoranza que me generó despedir a Don Guayo, no solo era la tristeza por despedirlo a él, sino también porque sentí que estaba despidiendo una generación. Era esa generación de empresarios sinaloenses que tuvo la capacidad de juntarse para hacer cosas buenas a favor de su comunidad.

Se juntaron para hacer negocios agrícolas e industriales, pero también hicieron escuelas en el valle de Culiacán, remodelaron el seminario diocesano, iniciaron ciudad universitaria de la UAS, fundaron Tec de Monterrey campus Sinaloa, apoyaron la creación de hospitales, becaron gente de escasos recursos para que pudieran estudiar, fueron generosos en la formación de sacerdotes y en general con la Iglesia, etc. Y por supuesto también se reunían para divertirse, pero siempre estaban pensando que bueno iban a hacer para mejorar a su comunidad.

Estos hombres y mujeres no fueron santos, pero si fueron generosos con su comunidad, y es necesario reconocerlos. Siempre he sostenido la tesis que los grandes hombres son grandes hasta en los defectos, ni en eso admiten la mediocridad. Así que cuando se escribe de un gran hombre hay que escribir de sus grandezas, pero también del ser humano, con virtudes y defectos.

También, cuando se escribe de un grupo de grandes hombres, como lo fue esta generación, es necesario destacar que si se juntaban, para hacer cosas buenas para su comunidad era porque algunos convocaban. En algún momento esta generación tuvo diferencias políticas y se dejaron de convocar a ejercer la verdadera solidaridad, entendida ésta como conjuntar voluntades por encima de las diferencias en aras de lograr objetivos de orden superior. El espíritu de partido le hizo un gran daño a esta comunidad empresarial que había sido generosa y solidaria.

Cuento esto por querer reconocer a ese grupo de personas, pero también porque contrasta tremendamente con la generación que los estamos sucediendo, que con sus honrosas excepciones, se caracteriza por ser una atrapada por la frivolidad y el egoísmo hedonista.

Concluyo invitando a la reflexión pero también al compromiso generacional, ya que quienes somos creyentes sabemos que seremos juzgados por el creador de acuerdo a la parábola de los talentos. Y hoy, si las cosas están así como están en México, es, sin lugar a dudas, porque no hemos hecho lo suficiente. Y ahí todos tenemos algo de responsabilidad.

Por Manuel Clouthier
Twitter: @ClouthierManuel

Somos un medio de comunicación digital e impreso con cinco décadas de historia; nos hemos consolidando como uno de los sitios de noticias más visitados del Noreste de México.

Como medio multiplataforma, nos distinguimos por ofrecer contenidos confiables y de alta calidad, abarcando una amplia gama de temas, desde política y estilo de vida hasta artes y cultura. Además, ofrecemos artículos de análisis, entretenimiento y recursos útiles a través de formatos innovadores en texto, fotografía y video, que permiten a nuestros lectores estar siempre bien informados con las noticias más relevantes del día.

Nos enorgullece tener un equipo editorial compuesto por periodistas especializados en Derechos Humanos, Deportes y Artes.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM