No pierde el toque

Opinión
/ 2 octubre 2015

Más allá del por qué y la forma en que Sin Cara o Místico original retomó su andar en los cuadriláteros mexicanos, su presencia comprueba que la falta de ídolos en la lucha azteca es grave y que él lo sigue siendo.

El encapuchado, cuyo futuro es incierto, al menos si junto a su empresa decide trabajar con el equipo y el nombre que lo llevaron a ser un fenómeno de taquilla en todo el país, no ha perdido el toque que lo convirtió en el último ídolo en el pancracio nacional.

Es cierto que regresa a una industria distinta, en franca decadencia, con funciones irrelevantes, luchadores que se sienten ídolos pero incapaces de sostener su discurso sobre el cuadrilátero; promotores que piensan que la lucha todavía es negocio y terminan huyendo del medio, con la certeza de que apostar por un producto cuyos propios protagonistas lastiman, es una pérdida de tiempo, dinero y bastante esfuerzo.

Así que pese a que su regreso se dio tras un paso fugaz por Estados Unidos en el que ganó dinero pero perdió prestigio, Místico-Sin Cara llega como estelar, algo que sólo los grandes pueden lograr.

Consciente de que su apuesta deber ser bien pensada, eligió al mejor enemigo para encarar su nuevo ataque luchístico: Averno es el complemento que cualquier técnico espera, con las suficientes tablas para hacer brillar al enemigo y con la calidad de sobra para él mismo ser la figura de la batalla.

Pero, ¿Cuánto tiempo soportará la industria este fenómeno?, sin que alguien surja para respaldarlo, la ausencia de figuras no se resuelve con buenos deseos ni con dinero, hace falta creatividad, constancia y sobre todo verdadero respeto por este deporte.

Triple A sabe del negocio y dado que en la colonia Doctores el regreso del enmascarado de plata y oro era imposible por el momento, supo tejer bien la red para cobijarlo, no esperó a que se diera su salida oficial de WWE, empezó antes, hoy gran parte de la dinastía Karonte está ahí, convirtiendo la oferta como algo irresistible para el ex estrella del CMLL.

Desafortunadamente, el asunto se perfila para convertirse en un escándalo mediático por la disputa del nombre, la batalla será legal, en los tribunales, y la única manera de que no ocurra es que el luchador decida tomar otro rumbo, con otro nombre.

Aunque cientos se han cansado de imitarlo, su estilo es irrepetible, auténtico, tanto como el barrio que lo vio nacer luchísticamente.




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