Ritos y exorcismos deportivos
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Es frecuente ver a deportistas realizar actos rituales antes, durante o después de las competencias. Se trata de prácticas simbólicas que tienen sus raíces en antiguos mitos y creencias. Según el historiador alemán Carl Diem, en su libro Historia de los deportes, Los juegos rituales tienen lugar en un principio para honrar a las fuerzas naturales; éstas debieron sor los primeros sujetos de una adoración más general, antes de que el espíritu humano fuera capaz de la abstracción y personificar las fuerzas misteriosas.
Los ritos deportivos tienen, además, otras raíces: todo movimiento corporal produce una excitación interior, que puede aumentar hasta el entusiasmo y llegar a un estado trascendente, como puede verse en los ritos de los penitentes hindúes, hasta el éxtasis de las danzas religiosas En los juegos de carreras de los tarahumaras, así como en el juego de pelota de los indios mexicanos se imita el movimiento del sol de este a oeste, para conjurarle a la bendición de los hombres. El salto de altura, como conjuro de imitación, quiere asegurar el buen crecimiento de las espigas, del cáñamo, del maíz... La carrera, como símbolo del ondear de las espigas, es un tema de la poesía antigua y del Talmud.
Muchos ritos deportivos están asociados a la mitología. Los mitos griegos han tenido una gran influencia en la cultura y en los deportes de todo el mundo. Entre otras divinidades mitológicas, Niké era la diosa de la victoria. Podía volar y correr a gran velocidad. Se le representaba alada en las manos de Zeus o de Atenea. Por eso preside muchas competiciones atléticas.
Incluso, hay ritos destinados a exorcizar las malas influencias. Para Carl Diem, El afán de exorcizar a los malos espíritus determina otra forma de ejercicio corporal: la producción de ruidos. Los incas creen poder evitar así las desgracias También el futbol debe incluirse en la lista de acciones ruidosas para ahuyentar malos espíritus. En sus orígenes tenía lugar en el anochecer, en el interior de las aldeas, a lo largo de la calle principal, acompañado de ruido y estrépito; y seguramente también de los mayores desmanes... Incluso las fechas en que se jugaba indican una procedencia ritual: por la época de navidad, como protección contra los demonios, o por pascua, para conjurar el fin del invierno.
La mayoría de los ritos deportivos provienen de mitos y leyendas que aluden a héroes, monstruos o seres sobrenaturales, latentes en nuestro subconsciente. Según el poeta italiano Cesare Pavese, llamamos mitos a las distintas imágenes que relampaguean, siempre las mismas para cada uno de nosotros, en el fondo de la conciencia. Es evidente que la tensión mítica significa la gozosa certeza de una más rica realidad objetiva.
Comentarios: rjavier_vargas@terra.com.mx