¡No te acabes, Saltillo!: compran predio a la familia en 41 millones

Opinión
/ 2 octubre 2015

Todo queda en familia. Para cerrar su primer año de administración el Municipio de Saltillo compró un terreno de 11 hectáreas a los primos hermanos de María Alicia García Narro, titular de la Secretaría del Ayuntamiento, a un precio de 40 millones 895 mil 458 pesos.

El inmueble fue adquirido “mediante contrato de compraventa con reserva de dominio” a los ciudadanos Hernán, Elsa, Martha, Teresa, Norma, María Eugenia y Ana, de apellidos Rodríguez García, a decir del oficio UAI/239/14. Todos ellos, cabe señalar, son parientes consanguíneos de García Narro dentro del cuarto grado, situación que sanciona la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos Estatales y Municipales de Coahuila.

La referida legislación señala en su artículo 52 fracción XIV que todo funcionario deberá “excusarse de intervenir en cualquier forma en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tengan interés personal, familiar o de negocios, incluyendo aquellas de los que pueda resultar algún beneficio para él, su cónyuge o parientes consanguíneos hasta el cuarto grado, por afinidad o civiles”.

Más claro, imposible.

El predio se halla en el cruce de la calzada Francisco I. Madero y el periférico LEA, sobre la carretera Saltillo-Torreón. Posee una extensión de 110 mil 645 metros cuadrados y fue valuado en 4 millones de pesos la hectárea. A 370 pesos el metro cuadrado. Ahí se pretende construir el Biblioparque Poniente. En 2016 ó 2017, porque la Cámara de Diputados no autorizó el proyecto en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015.

Cosa curiosa: a una persona fallecida, Margarita de Jesús García Villarreal, la mencionan en el oficio UAI/239/14 como copropietaria de un inmueble que colinda con el terreno en cuestión. Ella, para variar, también era pariente consanguínea (tía) de García Narro y ésta última, junto a los siete vendedores de apellidos Rodríguez García, participó en su Juicio Sucesorio Testamentario 1678/2007, como se puede verificar en el Juzgado Quinto de Primera Instancia en Materia Civil de Saltillo.

Ahí no acaba el asunto. El 25 de octubre VANGUARDIA publicó que Carlos Orta, director de Desarrollo Social, formalizó la compraventa de los terrenos para los biblioparques oriente y poniente. En el primero, especificó, “se invertirán 38 millones de pesos” por ocho hectáreas y proyectan “iniciar el próximo año las obras”.

Sin embargo un mes después, el 25 de noviembre, la Tesorería del Ayuntamiento a cargo de Adrián Ortiz respondió a quien esto escribe: “en relación al Biblioparque Oriente se le informa que actualmente no se ha adquirido ningún predio para ser destinado a ese proyecto”.

¿Entonces?, a quién creer; en quién confiar.

Pero volvamos al caso que nos ocupa. Aunque da la impresión que sí, legalmente no se mandan solos Adrián Ortiz o Carlos Orta. Cualquier asunto que atiendan o resuelvan debe ser “instrumentado jurídicamente” por la Secretaría del Ayuntamiento. Y ahí está el quid de la cuestión. Aunque Ortiz haya pagado y Orta haya sido el negociador del terreno, la Secretaría del Ayuntamiento participa en la elaboración del contrato de compraventa y la tramitación legal; con la venía de García Narro, por supuesto.

Por ello aquí no hay gato encerrado… tenemos al elefante completo en la habitación.

Cortita y al pie

Dice la propaganda del Ayuntamiento que “en una administración honesta no hay nada que ocultar” y, por tanto, “la confianza se gana”. Repito la pregunta de la semana pasada: ¿están seguros?

La última y nos vamos

¿O acaso comprar el inmueble a la familia de García Narro fue un “acto de bondad” como los que pregonan en su convocatoria?

Porque, de lo contrario, nunca iban a venderlo al precio que se tasó por la zona donde se ubica. Pobrecitos.

carlos_plata01@hotmail.com

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