Superciudadanos

Opinión
/ 2 octubre 2015
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Álvaro Suárez, precandidato del PAN a San Pedro, tiene muy clara la idea del superciudadano y actúa como tal, pero el PAN cupular escogió a Mauricio. Pasé la idea del superciudadano a Lorenia Canavati, la candidata independiente, pero no logró darle suficiente exposición. Como ganó Mauricio, el de los chicharones tronantes, la idea tendrá que esperar un rato.

Idealmente, San Pedro sería el municipio para una prueba piloto pero pienso que no se pierde nada con exponerla más ampliamente. Como El Bronco le ganó en porcentaje de votos inclusive a Mauricio en San Pedro, la idea del superciudadano podría tener otra oportunidad en un marco más amplio de acción en el Gobierno del Estado.

La ley dice que ante la ley, todos los ciudadanos son iguales. Sin embargo, sabemos que una cosa es la teoría y otra la práctica. Hay quienes reciben el favor de la ley y hay a quienes se aplica la ley a secas. Algunos nunca pisan la cárcel, hagan lo que hagan. Pienso en los políticos a todas luces delincuentes, y otros son encerrados por robar un kilo de barbacoa o por poseer un 30-30 del año del caldo.

Pensando fuera del cuadro, ¿qué sucedería si creamos un superciudadano reconocido por la ley? Si andamos tan urgidos de acciones ciudadanas, quizá no sea tan mala idea. Álvaro Suárez es un condecorado expolicía, e hizo precampaña afirmando que la clave de la seguridad es la participación ciudadana. Expuso que ningún sistema policiaco puede prosperar en el vacío porque se requieren muchos ciudadanos confiando en la Policía y haciendo denuncias para revertir la inseguridad.

El superciudadano puede ser un sujeto de crédito frente a su propio Gobierno municipal. El impuesto predial podría servir como una base de datos para otorgar créditos a quienes no lo tienen en un banco; si quieren iniciar un taller o un pequeño comercio, tienen que pagar intereses de usura en las tarjetas o con prestamistas leoninos. Los Municipios o el Gobierno del Estado podría prestar un apoyo positivo a estos superciudadanos, con buen récord de cumplimiento en el predial.

Un superciudadano puede ser también a nivel municipal quien renta casa y saca placas en su Municipio. Podría recibir un trato diferenciado a la hora de tramitar un permiso. Lo que creo que necesitamos es generar círculos virtuosos que vinculen en forma más estrecha a los ciudadanos honestos con sus tres niveles de gobierno.

Por ejemplo, un superciudadano armado de un teléfono inteligente puede hacer la chamba de diez inspectores que solo cobran como aviadores. Podría colaborar para aplicar la ley de protección a los no fumadores, o las disposiciones anti-ruido, o las de espectáculos. En fin, cualquiera que se apunte para ayudar a que la ley se cumpla podría obtener como superciudadano un recompensa en su predial o su tenencia o su impuesto sobre nóminas.

Con las nuevas tecnologías, hay un sinnúmero de oportunidades que no hemos explorado siquiera. Estamos tan atrapados por el sistema burocrático que nos impide siquiera sopesar nuevas soluciones basadas en redes no jerárquicas.

En estos tiempos un teléfono inteligente con una cámara de video puede ser una gran arma contra la delincuencia o una gran herramienta para construir otro México más justo y próspero. Estoy seguro que habrá muchísimos ciudadanos dispuestos a inscribirse como superciudadanos para colaborar en cuestiones de seguridad en las colonias, o para realizar labores educativas o de emergencia. Sería menor el déficit de policías, impulsaríamos la educación y ahorraríamos muchos recursos.

Ya existen actualmente muchos superciudadanos. Son aquellos que hacen actividades meritorias sin que nadie se los pida o se los reconozca. No estoy en contra de quienes ya regalan su tiempo, dinero y esfuerzo para ayudar a otros. Al contrario, creo que si nos quitáramos las vendas de los ojos veríamos muchas más oportunidades para sacarle provecho al juego de colaboración entre ciudadanos, sociedad y gobierno.

No todo puede centrarse en competencia. La cooperación social se puede fortalecer, pero necesitamos generar ideas de cómo capturarla. Crear o auspiciar superciudadanos pudiera ser parte de una nueva revolución en el gobierno.

En un Nuevo León lleno de superciudadanos, el gobierno ni se notaría; y costaría la mitad. A eso le vamos tirando.

javierlivas@prodigy.net.mx

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