Tres años bastaron

Opinión
/ 30 marzo 2016
true

Acelerados de reversa. En tres años de PRI ya estamos debatiendo sobre la devaluación del peso y las tasas de interés. ¡Banxico subastando 200 millones de dólares diarios! El consuelo: tenemos muchas reservas y una línea de crédito del FMI. ¡Wow!

El PAN —distraído por su nueva doctrina de moches— es tan culpable como el PRI. Mientras, la izquierda parasitaria apoyando al CNTE es, cibernéticamente hablando, la cola del papalote (estabiliza el status quo).

Al margen de la disfunción parlamentaria, nuestros problemas económicos empiezan con una ignorancia generalizada sobre la economía (no la ciencia); cómo funciona y qué hay que hacer para componerla. Incluyo a los intelectuales.

Hace un par de años pregunté a los alumnos mexicanos de maestría en economía de Yale (donde da clases el nefasto Ernesto Zedillo), que identificaran la organización de la que se habla cuando se habla de economía y no me supieron responder. Jamás les habían advertido que la economía mexicana no es otra cosa que el Estado Mexicano descrito a través de sus intercambios de bienes y servicios. Ese es el animal (organismo viviente) del que estamos hablando.

Intelectuales como Sergio Sarmiento defienden la economía de mercado a ultranza. Otro dislate monumental. Juran que un mercado realmente libre resuelve absolutamente todos los problemas económicos. Veneran la mano invisible del mercado, metáfora inventada por Adam Smith al inicio de la revolución industrial. Ha llovido.

Si los opinadores estudiaran un poquito de teoría de control sabrían que basta una demora en el feedback de una variable para que un sistema pueda entrar en oscilación y en descontrol total hasta su colapso. El mercado no tiene capacidad de control simplemente porque el sistema controlado lo rebasa en complejidad. (Mi libro El Estado Cibernético [1994] gratis a quien le interese leer más al respecto.)

Concretando: La fortaleza de una economía es ni más ni menos la fortaleza del Estado en su conjunto. Entiéndase bien, son los Estados los que compiten entre sí, no su planta industrial. Subir y bajar tasas, flotar dólar es una manipulación quimérica, engañosa.

La raza de izquierda no entiende lo que estoy diciendo porque en el léxico marxista Estado y Gobierno son lo mismo. Estos sí que están totalmente perdidos. Ojalá el fracaso del PRI no los encumbre en 2018. Sería un suicidio colectivo.

La crisis financiera y económica de 2008 puso al descubierto que la supuesta economía de mercado de los Estados Unidos no era tal. Alan Greenspan en su famosa comparecencia ante el US Congress reconoció que las leyes del mercado nunca habían fallado hasta que fallaron gachamente. George Bush y Barack Obama al rescate. ¿Cuál libre mercado, Sergio?

Estados Unidos está imprimiendo 3 mil 500 millones de dólares diarios para salir de su pozo. En teoría, una inflación desbocada y colapso.

En la práctica, la economía de EU sigue apuntalada porque es el sistema de gobierno que mejor garantiza el cobro de deudas vencidas. Aún hiperinflado, el dólar sigue siendo preferible. Ergo, es el Estado en su conjunto —incluyendo al Tesoro, la FED, sistema de justicia— el fuerte.

En México, ni nuestra economía ni nuestro peso valdrán tres cacahuates mientras elijamos a gobernantes tan notoriamente ignorantes –¡y encima de ello chuecos!–. Sin fortaleza del estado de derecho, otro ángulo ignorado por los economistas, nunca tendremos solidez económica.

Nuestros expertos manipuladores estarán subiendo tasas, flotando dólares para defender la estabilidad del peso. Mmm. ¿Dónde oí eso de defender al peso como perro?

Regresamos a las soluciones típicas de economistas ciegos a la complejidad del sistema económico. Encima, estamos rebasados por las limitaciones inherentes del mercado, ya no digamos la falta de certeza jurídica.

javierlivas@prodigy.net.mx

TEMAS

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM