¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
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Decía el famoso compositor Chava Flores en una de sus canciones: “¿A hacerte rico en loterías con un millón? Mejor trabaja, ya levántate temprano; con sueños de opio sólo pierdes el camión. ¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano? Con sueños verdes no conviene ni soñar. Sueñas un hada y ya no debes nada. Tu casa está pagada, ya no hay que trabajar. Ya está ganada la copa en la olimpiada. Soñar no cuesta nada... ¡qué ganas de soñar! ¡Ah! ¡Pero eso sí... mañana sí que lo hago! ¡Pero eso sí... mañana voy a ir! ¡Pero eso sí... mañana sí te pago! ¿A qué le tiras cuando sueñas sin cumplir?... Cuántos centavos se te escapan de la mano buscando un taxi que jamás te ha de llevar. Sigue soñando que ya no hay mordelones, que ya puedes ahorrar. Sigue soñando que el PRI ya no anda en zancos, que prestan en los bancos, que dejas de fumar... pero eso sí, la última y nos vamos... ¿a qué le tiras cuando sueñas, soñador?”
Y la verdad es que podría volver hoy a componer esa misma canción y muchas otras de protesta y autoburla sobre nuestro querido País y sobre nosotros los mexicanos. Tal vez reescribiría la de “Bartola” y en lugar de pedirle que con dos pesos pagara la renta, el teléfono y la luz, podría hablar ahora de dejarle estos dos mil pesos para pagar aguacates y limones. O bien, en lugar de “dos horas de balazos”, pudiera hablar ahora de dos décadas de malandros. Chava Flores (1920-1987) retrataba al México de su época a través de sus canciones de una forma que podría considerarse una especie de género de la canción meme. Muchas de sus canciones reflejaban a ese mexicano luchón, soñador, harto de gobiernos corruptos (del PRI en esa época, pero que después sólo se cambiaron de colores). Así, con todo y que su canción del mexicano que soñaba es de la década de 1950, seguimos en ese modo de sueño, de pensar que algún día nuestros gobernantes cumplirán y harán cumplir las leyes y que los ciudadanos haremos lo mismo y el País cambiará. Soñamos poquito y obtenemos poquito. Compramos los eslóganes de campaña como si fueran un plan nacional de desarrollo entero. Del “arriba y adelante” de Echeverría, al “por el bien de México, primero los pobres” de hoy, pasando por “la solución somos todos” de López Portillo, el “bienestar para tu familia” de Zedillo, “el cambio que a ti te conviene” de Fox, o el “para que vivamos mejor” de Calderón. De ese tamaño la profundidad de nuestros grandes planes para llegar al primer mundo, aquel que Salinas de Gortari sentía a la vuelta de la esquina en 1993.
No conozco mucho de la vida de Chava Flores, pero de haber escuchado algunas de sus canciones más famosas, me da la impresión de que no le hubiera disgustado que la izquierda (que ya sabemos ahora que no lo es tanto) llegara al poder. Después de todo, se supone que una izquierda inteligente y razonable estaría ofendida por la inflación, por el diario luchar del ciudadano que tiene menos, por realizar los sueños de las mayorías, por velar por el bien de todos. Me lo imagino aprobando la frase de “por el bien de México, primero los pobres” y sentado en primera fila en la toma de posesión de AMLO. Sin embargo, me lo imagino también con varias nuevas canciones de protesta (o de meme), a tres años de la 4T, señalando los desvaríos y los fracasos, los sueños no realizados y el rollo interminable en el que se ha convertido el Presidente. Se me ocurren títulos como “La nuera orgullosa”, “De mañaneras no comemos”, “Los otros datos”, “Mis amigos maromeros”, “Conflicto de Interés”, “No me hables tan despacio”, “Mi palacio es mi mundo”, “Somos iguales, pero yo soy peor” y “Añoranzas neoliberales”.
Nuestro Presidente, y nuestro Gobierno en general (pasmados todos por el carnaval que es ahora “el proyecto”), se han convertido en una de las fábricas de memes y cajas chinas más efectivas del mundo. Es por eso que nos viene bien pensar, desde ahora, a qué le tiramos cuando soñamos los mexicanos. En qué queremos soñar y qué tan grandes podemos construir esos sueños. Muchos de quienes nacimos en los setenta soñamos varias veces y despertamos en una pesadilla. Quienes acabarían con 70 años de priismo y sacarían al PRI de Los Pinos, ahora son socios del PRI. Quienes acabarían con la corrupción y barrerían las escaleras de arriba para abajo, no han entendido que ya son gobierno y no quieren ver que cavan un pozo más profundo cada vez que levantan un lápiz o toman un micrófono. Tristemente, si no pasa nada extraordinario y no hay un verdadero golpe de timón (y de actitud), la pesadilla durará al menos otros tres años. Hay que ver, desde hoy, si queremos soñar distinto a lo que ya soñamos antes. No podemos soñar poquito y conformarnos con un eslogan del pasado. ¿Tú a qué le tiras cuando sueñas?
@josedenigris
josedenigris@yahoo.com