Acapulco: Gobiernos reprobados en prevención y reacción
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La noche entre el 24 y 25 de octubre el huracán Otis tocó tierra en Acapulco, donde alcanzó categoría 5.
Las escenas que nos dejó son desoladoras, miles de personas perdieron sus casas, se encuentran sin agua potable ni alimentos, no hay energía eléctrica, la infraestructura quedó destruida y la zona quedó aislada.
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Indudablemente los efectos inmediatos de la devastación de un desastre natural no son culpa de alguna autoridad. Sin embargo, sí es su responsabilidad contar con un plan claro de prevención, alertar tempranamente a la población de los riesgos y reaccionar rápidamente para atender a las víctimas.
No se ha hecho nada para evitar los pillajes y robos; se bloqueó la ayuda que muchos ciudadanos generosos intentaron llevar a los damnificados y no se han atendido las necesidades básicas de las personas que se encuentran en la zona.
Tampoco hay un plan −o por lo menos no se ha dado a conocer− para prevenir los riesgos sanitarios derivados del meteoro ni queda claro cómo se va a entregar la ayuda para reconstruir la infraestructura, ni de dónde vayan a salir los recursos para ello.
¿Cómo se va a poder atender el problema de las familias que han perdido o tienen a un ser extraviado si se les niega la atención y se falsea información?
Esto se confirma con nuestra experiencia directa, tanto porque en el área de atención a víctimas del Observatorio Nacional Ciudadano hemos recibido múltiples llamadas de personas a quienes se les impidió denunciar la desaparición de un ser querido; como porque con base en la experiencia tenemos la evidencia que a este gobierno le gusta maquillar cifras.
Para quienes preguntan por la desaparición del Fonden, López Obrador alega que este era usado sólo para la corrupción, que por ello lo eliminó y usó de manera diferente el dinero que por años acumularon los Gobiernos Federales en él.
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En contraste, calla sobre el porqué, si tiene pruebas de tal corrupción, en el tramo final de su administración, no se haya investigado y sancionado a los culpables.
Esta catástrofe nos confirma que los gobiernos actuales están absolutamente reprobados y rebasados en prevención y reacción.
Espero que los afectados recuerden la pésima actuación de nuestros gobernantes y usen su voto para sancionarlos, de lo contrario nos esperan otros seis años desastrosos que podrían ser aún peores.
El autor es director del Observatorio Nacional Ciudadano