Agua tratada de Saltillo; ¿por qué no se utiliza?

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido eficaz al introducir en la discusión sobre la llegada -al estado de Nuevo León- de una planta de la empresa Tesla, el problema -cierto, sin duda- de escasez de agua que padece la región norte y semi desértica del país.

Sin embargo, como suele ocurrir con las polémicas avivadas desde la Presidencia de la República, esta no ha generado un debate realmente útil respecto del fenómeno representado por la sequía. Por el contrario, ha provocado únicamente polarización respecto de si hay agua suficiente para este -o cualquier otro- tipo de industria o no.

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En medio de esta polémica hoy publicamos un reporte que implica analizar el fondo de la cuestión: ¿en verdad no hay agua suficiente en la región o solamente requerimos de una transformación radical en el modelo de gestión utilizado hasta ahora?

Al respecto conviene analizar el caso de la planta tratadora de aguas negras de Saltillo, una instalación que sanea mil litros por segundo de las aguas provenientes del drenaje doméstico de la ciudad pero que tienen un uso secundario en una muy pequeña proporción.

De acuerdo con datos de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento (CEAS), del total de agua gris que sale de la planta tratadora solamente 5 mil 200 metros cúbicos por mes son vendidos a un par de empresas ubicada en el municipio de Ramos Arizpe. Esa cantidad equivale al agua que la planta trata en menos de dos horas.

En otras palabras, prácticamente toda el agua que sale de la planta tratadora es regresada al ciclo natural del agua -se tira a los arroyos, pues- sin aprovecharla en usos secundarios como el riego agrícola o los procesos industriales.

¿Por qué no se aprovecha el agua gris de la planta? Esencialmente, según se ha informado a lo largo de los más de tres lustros que tiene en operación, porque no se cuenta con la infraestructura necesaria para conducirla y entregarla a quienes pudieran adquirirla. La denominada “Línea Morada”, creada con tal propósito aún requiere de inversiones adicionales para cumplir a cabalidad su propósito.

Pero incluso cuando se concluya dicha Línea solamente se podrá comercializar el 45 por ciento del agua tratada, pues solamente tiene capacidad de conducción de 450 litros por segundo.

Hoy, según el titular de la CEAS, Antonio Nerio, se trabaja en la concreción de un proyecto para vender en bloque esos 450 litros por segundo que se tienen disponibles a través de la Línea Morada, pero aún no existe una fecha concreta en la cual eso sea posible.

El retrato a vuela pluma de esta circunstancia nos lleva de vuelta a la pregunta inicial: ¿tenemos un problema de escasez o, más bien, uno de gestión? La evidencia a la vista parece dejar claro que podríamos tener mejores practicas en este sentido pero que no existe la voluntad política -y acaso tampoco el interés- para avanzar en esa dirección.

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