Alta contaminación en el ILZ ya está probada
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Ya no queda ningún pretexto para que las autoridades actúen en torno al problema de contaminación de la zona industrial ubicada en el bulevar Isidro López Zertuche
La nueva red de monitoreo de la calidad del aire instalada en la zona urbana de Saltillo por el Instituto Municipal de Planeación (Implan) ha ofrecido evidencia de lo que largamente se ha denunciado por parte de vecinos de la zona industrial ubicada en el bulevar Isidro López Zertuche: los niveles de contaminación crecen de forma importante durante la noche.
De acuerdo con los datos proporcionados, de los 18 censores instalados, los cuales sirven para detectar partículas de 2.5 micras, que son las más peligrosas para la salud, las estaciones Canacintra, Omega, Bomberos Norte y Saltillo 2000 han reportan niveles “muy altos” de contaminación, particularmente entre las 10 de la noche y las 3 de la mañana.
Los altos niveles de contaminación señalados no son un hecho aislado sino que, de acuerdo con las estadísticas del pasado mes de junio, constituyen un patrón que convoca a tomar acciones a partir de las lecturas reportadas.
A nadie pueden sorprender estos resultados. Y no sorprenden porque vecinos de las colonias La Salle, Virreyes, Kiosco, Los Maestros o Villas de San Fernando han denunciado largamente exactamente lo que hoy ha documentado el Implan: que durante las noches aumenta la emisión de contaminantes por parte de las empresas de la zona.
Adicionalmente, los vecinos han reportado la presencia de fuertes cantidades de polvo en sus domicilios, el cual claramente tiene un origen de carácter industrial.
Pese a los reiterados señalamientos de los vecinos, las autoridades responsables de la protección al medio ambiente y la salud pública no han reaccionado como sería deseable y ninguna acción se ha tomado para identificar la fuente de la contaminación y, mucho menos, para actuar en el sentido de corregir el problema.
A partir de los datos que ha proporcionado ahora el Implan Saltillo lo que debería seguir es que las citadas autoridades se dispongan a actuar para diseñar e implementar las medidas que la realidad demanda.
Porque, como se ha dicho en repetidas ocasiones, lo relevante no es diagnosticar el fenómeno sino actuar para contenerlo y revertirlo, pues se trata de un problema de salud pública que implica el desarrollo de enfermedades potencialmente mortales.
Y en el caso de Saltillo no se trataba de saber si el problema era real o figurativo: hace mucho tiempo que está clara la existencia del mismo y la necesidad de que se actúe al respecto. Cabría esperar que ahora no se planteen más pretextos para hacerlo.
Para decirlo con mayor claridad, lo que debiera ocurrir en el futuro inmediato es que las instituciones públicas responsables de regular el funcionamiento de la industria, así como las responsables de la salud pública, intervengan en defensa de la salud de las personas.
Nunca hubo justificación para dejar de hacerlo, pero la omisión ahora ya constituye una negligencia que debiera generar responsabilidades.