Aranceles ‘en pausa’: ¿qué revelan los acuerdos entre Trump y Sheinbaum?

Opinión
/ 4 febrero 2025

La buena noticia es que los aranceles que Donald Trump pretende imponer a México han sido suspendidos un mes. La mala es lo que revelan las concesiones realizadas para lograrlo

Al estilo de un guion de película de acción, en la cual el héroe de la trama logra desactivar, en el último segundo, la bomba que amenaza la vida de miles −o millones− de personas, así se “desactivó” ayer la posibilidad de que los productos que México exporta hacia los Estados Unidos comenzaran a ser gravados con un arancel extraordinario del 25 por ciento.

Se trata, a no dudarlo, de una buena noticia para todo el mundo −incluida la sociedad estadounidense−, pues la ruta de la “guerra de aranceles”, como lo han señalado múltiples voces, no puede conducir a ningún resultado que pueda ser considerado benéfico para la economía regional.

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Existen, sin embargo, matices que no pueden soslayarse en torno al anuncio realizado ayer por la mañana. El más importante de todos es que se trata solamente de “una pausa” en el proceso, es decir, de una suspensión de la amenaza, que no es de carácter permanente.

Para decirlo con mayor claridad: se trata de una suspensión condicionada a que el Gobierno de México realice acciones concretas en torno a la migración ilegal y el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos.

¿Qué acciones? La que será más visible −y tendría que ofrecer los resultados más evidentes− es el despliegue inmediato de 10 mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera norte, cuyo propósito será, de acuerdo con lo informado ayer por la presidenta Claudia Sheinbaum, “evitar el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, en particular fentanilo”.

Un matiz adicional tiene que ver con el hecho de que la información difundida por el presidente Trump, en relación con el envío de efectivos de la Guardia Nacional a la frontera, incluyó el señalamiento de que estos elementos también tendrían como objetivo detener el flujo de migrantes ilegales.

No se trata de un “simple detalle”, sino de una acotación de la mayor relevancia y llama la atención que la Presidenta obviara ese detalle en la publicación que realizó en sus redes sociales luego de conversar telefónicamente con su homólogo.

También es importante señalar, en torno al acuerdo temporal alcanzado ayer, que el despliegue de efectivos, con el objeto de contener el tráfico de drogas y personas hacia los Estados Unidos, constituye un reconocimiento implícito en el sentido de que, al menos en el pasado reciente, no nos hemos esforzado lo suficiente en dichos rubros.

Tampoco puede obviarse que, si el Gobierno de México ha decidido actuar hoy con mayor firmeza ha sido porque, literalmente, fue obligado por la administración Trump a actuar de esta forma.

Tal hecho no hace sino reforzar la idea de que los cárteles del crimen organizado, que controlan los negocios del tráfico de personas y drogas, han logrado un nivel de connivencia sin precedentes con autoridades mexicanas al más alto nivel.

Cabría esperar, por ello, que el reconocimiento tácito de este hecho se traduzca también en la implementación de acciones para blindar la estructura gubernamental de la influencia del crimen organizado.

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