Block de notas (48): Las múltiples lecturas del Diario de Ana Frank

¿Dónde está semejante cuento de la niña Frank? Daría cualquier cosa por leerlo. ¿Lo destruyeron, simplemente se perdió?
Gracias por todos sus comentarios y apostillas. Hartos, hartos comentarios me llegaron con motivo de esta saga de textos, donde vamos anudando lo mejor de la cultura universal con eso llamado insana política nacional y mundial. En la última entrega de notas de este cuaderno, un personaje, un asaz lector se alzó con voz propia y yo sólo he servido como caja de resonancias: es el abogado, el hombre el cual sabe más sobre derecho electoral en el norte de México, Gerardo Blanco Guerra, especialista en varios libros y autores, pero me ha sorprendido hoy su conocimiento sobre Ana Frank y su Diario: un deslumbramiento.
Muchos de los siguientes comentarios, guías, temas y aristas son virtud de la lengua de don Gerardo, los cuales he venido complementado con mis notas en este atropellado ensayo fragmentario.
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Blanco Guerra tiene razón: “El Diario de Ana Frank” acepta múltiples lecturas y tiene innumerables ramificaciones: la veta gastronómica (Gerardo me habló, con parsimonia y delicia, de cómo los ocho inquilinos del “Anexo” se entregaban a la virtud y arte de mondar las papas, por lo general y era el único sustento: almorzar, comer y cenar papas), la veta de carácter casi enfermizo de Ana Frank en contra de su padre, la veta de literatura (¿qué leían, qué estudiaban, a qué se dedicaban diario...?), la veta de salud y enfermedades, la veta sexual, la veta del aseo y cuidado personal; sus miedos, sus horrores nocturnos...
Usted lo sabe si me ha leído: colecciono todo, todo lo relacionado con Francis S. Fitzgerald, Charles Dickens; atesoro ediciones de “Don Quijote de la Mancha” y otros autores menores para mí, pero hoy empiezo a dimensionar las letras de una niña-mujer, Ana Frank, de la cual hoy estoy enamorado. Tengo al menos tres ediciones, una muy buena, la cual −¡basura!− no puedo localizar en mi revuelta biblioteca. Una edición es muy comercial (con la cual estoy trabajando, toda anotada, aunque la traducción es regular) y otra edición de media tabla, la cual voy a releer al dejar de lado la edición comercial. Pero insisto, ahora lo voy a coleccionar todo de ella.
Nota 1: Los ocho habitantes del “Anexo” sufrieron al menos tres robos. En uno de ellos, Ana Frank cuenta: todo estaba tirado por el piso, algún florero roto; hojas de libros, revistas y cuadernos navegando en las baldosas. En fin, una tormenta irreparable. ¿Aquí se perdió el Diario de su hermana, Margot Frank, del cual nada sabemos al día de hoy? Hay una sola referencia a lo siguiente: el 9 de mayo de 1944 le cuenta a su Diario bautizado “Kitty”: “Mi cuento ‘Ellen, el Hada Buena’ está terminado. Lo he vuelto a copiar en un hermoso papel de cartas, con algunos adornos en tinta roja, y lo he cosido todo”.
Nota 2: ¡Caramba! ¿Dónde está semejante cuento de la niña Frank? Daría cualquier cosa por leerlo. ¿Lo destruyeron, simplemente se perdió? Ella dice de su transcripción ¿se destruyeron, se perdieron con el paso del tiempo las dos copias?
ESQUINA-BAJAN
Nota 3: Al momento de redactar la presente, el mundo está de cabeza. El huracán Trump, categoría siglo 21, todo lo ha devastado. ¿Es correcto su proceder? Como dueño del mundo, Donald Trump manda, todos obedecen. De nada sirvió el servilismo de México y Claudia Sheinbaum (29 narcotraficantes extraditados, decenas de laboratorios destruidos, cuando el propio gobierno de Morena, días antes, había dicho que no existían; los 10 mil elementos de la Guardia Nacional enviados a la frontera para detener la migración ilegal...), los aranceles llegaron y esto puede traer la quiebra de México.
Nota 4: Insisto, todo mundo hacemos cochinadas. ¿Usted no las hace? Se puede morir por no hacerlas. Es ley natural de la vida: cagar, orinar, tirarse pedos, vomitar, escupir... en fin. Cosas naturales, pues. Imagino usted tiene sus hábitos de limpieza, sus modos de abluciones, sus ritos en el aseo personal o en el momento de ir al baño, etcétera. Pero ¿usted cómo haría todo lo anterior en un estado claustrofóbico, en habitaciones mínimas y siempre encerrados?
Nota 5: De innumerables citas en el Diario, lea usted lo siguiente: “Quedaba entendido que no utilizaríamos el agua de los grifos, ni la descarga del WC, pero la emoción causó el mismo efecto en cada uno de nosotros. Se hacía cola frente al retrete: puedes imaginar el olor...”. Una cita más: “La señora (Van Daan) provocó nuestra hilaridad al sacar de su sombrerera un gran orinal. ‘Sin mi orinal, en ninguna parte me siento en mi propia casa’, declaró” (14 de agosto de 1942).
Nota 6: En una de las ocasiones en la cual fueron robados por los malhechores, todo mundo tuvo la necesidad de estar encerrado en un mismo cuarto. Imposible ir al retrete sin ser descubiertos. Ya me agoté el espacio, pero lea a vuelapluma lo siguiente de una larga parrafada al respecto de Ana Frank (11 de abril de 1944): “Cuchicheos, miedo, hedor, pedos y alguien sobre el recipiente a cada minuto: trata de dormir así...”.
LETRAS MINÚSCULAS
Se habla de una brutal caída del peso mexicano, el PIB ya se pronostica será negativo, las remesas de los nativos en EU a México van en picada. ¿La violencia brutal? Acaban de desmembrar a ocho jovencitos en Puebla, pero mucho cacerolazo de 8M...