Café Montaigne 275: Buena comida, la respuesta para la salud física y espiritual
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El virus de la diarrea y vómito anduvo pegador en Monterrey y aquí en Saltillo. Mucha gente a mí alrededor lo padeció. Aún lo siguen padeciendo. De diez pacientes en consulta, me contó mi doctor de Monterrey, entre 6 y 7 traían el mismo y emperrado mal. ¿Remanentes del huracán “Otis” y sus vientos malsanos, los cuales viajaron y se estacionaron aquí en el Norte? Pues sí, puede ser probable. Acuérdese usted de la “Teoría del efecto mariposa”. Si llueve y se desata una plaga en Egipto, tendrá repercusiones en la producción de manzana de la sierra de Arteaga.
Bajé entre 3 y cuatro kilos de peso. Es decir, si siempre ando en los huesos, pues ahora quedé peor: ya no enjuto de carnes, sino de verdad, costal de huesos. Espero recuperar los kilos perdidos y para eso le pido a usted, señor lector, un favor: ¿sabe usted de una buena dieta de alimentos y bebidas para engordar? Lo ha notado: hay “n” libros, dietas y recomendaciones para enflacar, pero no libros ni dietas para engordar. Está mal visto ser “gordo o gorda”, incluso ya se considera una ofensa decir eso, tal señorita está “gorda”, pero no se considera ofensa alguna decir o señalar que tal o cual señorita está “flaca”. ¿Lenguaje inclusivo, lenguaje peyorativo: son insultos señalarlo? Ja, sencillamente es el lenguaje y hoy todo ofende.
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Agradezco dos llamadas de dos amigos, los cuales se preocuparon harto por mi salud: el ingeniero Guillermo López y el académico Martín Martínez Ávalos. Gracias de corazón, palabra y pensamiento. Avanzamos: este maldito virus a mí sólo me pegó o me mordió en mi panza e intestino, pero hubo amigas y amigos míos los cuales tuvieron el padecimiento doble: vómito y diarrea letales. De hecho, una amiga y amigo de Monterrey, de plano me lo dijeron: como aquello era imparable y duraron varios días así (yo estuve en el retrete día y medio completo y dos noches, ¡puf!), mandaron a comprar pañales de adulto para así medio descansar y dormir un poco. Pinche virus andaba fiero de a madre.
¿Tema baladí? Absolutamente no. Aunque me he retrasado al abonar letras al respecto, el ir a cagar y mear es uno de los placeres de la vida. ¿No puede ir a cagar y mear como Dios manda? Lo más probable es que usted muera pronto. Y creo usted también ya lo ha notado, ya pocos van al baño. El estreñimiento es un problema grave de salud física y mental. Vamos pues, lea lo siguiente para probárselo rápidamente lector: “El Talmud”, reza: “El vino es el mejor de los remedios, allí donde no hay vino es donde debemos recurrir a otros medios farmacéuticos”. Raimundo Lulio llamó al vino “agua de la vida”. Para Platón –según reza su epitafio, murió precisamente en el único día en que no probó el vino–, “el vino es como un don de los dioses para alargar la vida”.
¿Una colitis, una diarrea, un mal estomacal es cosa trivial y baladí? Si así fuera, no aparecería lo siguiente en la Biblia. Lea: ¿Cómo curar un desarreglo estomacal, como alivianarse de una colitis pertinaz como la tenía el joven Timoteo, el de los tiempos bíblicos? Pablo, letrado y apóstol de Tarso, con lecturas y vida envidiable (no siempre), en la célebre epístola a éste, le recomienda: “No persistas en beber agua sola, sino usa de un poco de vino, por causa de tu estómago y tus frecuentes padecimientos” (1ª. Timoteo 5.23).
ESQUINA-BAJAN
Todos los humanos –bueno, creo que todos– catalizamos el llamado estrés, el agotamiento o algún problema atravesado entre ceja y nariz, de varias maneras, que por lo general se enquistan en nuestro cuerpo y algún órgano vital que luego nos da una guerra despiadada y cruel: sin tregua ni refrigerio. Es decir, llega eso llamado quebranto de salud. Y para curar cualquier mal o aflicción es menester ir con un médico o chamán.
Pero la mayor parte de nuestros rasguños en la salud física y en el alma, no pocas veces se pueden solucionar con una buena comida. Bastimentarse, engullir alimentos o bebidas ricas en energía, proteínas, vitaminas o al menos, agradables al paladar, lo cual vendrá a darnos el movimiento para salir adelante. Dolencias y afecciones se curan con buenos alimentos y buena bebida. Bien, decía que todos los humanos –eso pienso– periódicamente catalizamos nuestros problemas en males y enfermedades físicas de las cuales pocos salimos indemnes. ¿Qué le pasa a este escritor, por ejemplo, en ciertas etapas? El mal de los intelectuales, el mal de los poetas: los demoniacos problemas digestivos, estomacales y demás adjuntos.
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Si usted me ha leído, tengo un amigo el cual ya superó su tremendo problema de salud (lo operaron de emergencia), es Mr. RM. Vegetariano él y con una vida casi monástica. Al platicarle de lo anterior, le pedí una dieta para engordar y subir de peso los tres o cuatro kilos que perdí en el retrete. Lea su recomendación: “Avena en las mañanas, cruda. En la noche la deja remojando con semillas de girasol, calabaza y ajonjolí en un frasco de vidrio. En la mañana que la vaya a comer, vacíe el líquido y le pone leche, miel y canela en polvo y se come eso diario en ayunas”. ¡Estimado RM, soy humano, no rumiante! De locos la anterior dieta. Lo que estoy haciendo es almorzar tres tazas de café amargo, le agrego un dedo de licor de naranja (Controy) y tres dedos de brandy para formar mi panza de acero.
LETRAS MINÚSCULAS
“Todos los hombres de letras en general tienen disturbios en el estómago...”: Bernardino Ramazzini, siglo 18. Volveré al tema a petición suya.