Ciro y Andrés, la diferencia
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El pasado jueves 15 de diciembre, el comunicador Ciro Gómez Leyva fue víctima de un atentado contra su vida cuando regresaba a su casa por la noche. Afortunadamente salió ileso porque iba en un carro blindado que le proporciona la empresa para la que labora y el blindaje resistió los múltiples balazos que se dispararon contra el periodista.
Ciro es un profesional de la comunicación social que, al igual que muchos periodistas en el país, entiende las funciones esenciales del periodismo que entre otras son: informar hechos y opiniones de interés público; formar opinión pública y aportar opiniones propias y de terceros que ayuden a la sociedad a entender los acontecimientos; entretener; ser centinela de la sociedad ante los abusos del poder; y ser testigos de la historia registrando hechos y opiniones que a la postre de los años quedaran consignados. Todo esto teniendo presente la razón de ser de la información, la verdad, y así garantizar el derecho de la sociedad mexicana a estar bien informado.
Los periodistas tienen el deber de difundir información que el público tenga derecho a conocer con un compromiso permanente por buscar la verdad, reconociendo que donde existe controversia rara vez hay acuerdos sobre lo que es verdad. Por eso publican diferentes versiones en torno a un suceso y promueven el acceso a voces de distintas corrientes de pensamientos o sectores sociales, garantizando así la pluralidad.
También el periodista profesional está consciente de la difícil relación entre la comunicación pública y el poder, por que la gente en una sociedad democrática quiere conocer las acciones y omisiones de sus gobernantes, legisladores y políticos que ostentan el poder, de empresarios que dominan el sector económico, y de banqueros que tienen el dinero del pueblo. El público quiere saber qué pasa con sus impuestos, quiere enterarse de la integridad moral de sus gobernantes, y sobre todo quiere saber quién lo engaña. Esto genera conflictos de la prensa con los poderosos.
En México falta mucho por mejorar en el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la información, y por garantizar y proteger estos derechos tanto por parte de los medios de comunicación, los periodistas y el poder político. Incluso hoy tenemos nuevos elementos que atentan contra estos derechos como lo es el crimen organizado.
Por otro lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha asumido el rol no sólo de gobernante sino de comunicador social en sus mañaneras lo que lo lleva a un claro conflicto de interés y por lo mismo no asume un compromiso con la búsqueda de la verdad.
Vemos que el Presidente da prioridad a sus intereses políticos por encima de su obligación de dar resultados como gobierno en temas tan relevantes como la seguridad, la atracción de inversiones, la educación, la salud, etcétera. Incluso da preferencia a la política menoscabando su compromiso con la verdad como comunicador, por eso su estrategia de “los otros datos”. Igualmente, cuando la información no le favorece busca inmediatamente descalificar y denostar al portador de “las malas noticias” de su gobierno; y como el interés preferente del Presidente es la política electoral y las acciones, como buen populista, que le generen popularidad, el distintivo de su gobierno en la comunicación ha sido la demagogia, la manipulación y la mentira.
P.D. Mi solidaridad con Ciro Gómez Leyva y todos los comunicadores que han sido víctimas del abuso del poder y la violencia.