Coahuila 2024: dos mapas electorales
COMPARTIR
a una sola opción, sino dividir sus preferencias
Con los datos conocidos al cierre de esta edición, la jornada comicial de ayer dibujó en Coahuila dos mapas claramente diferenciados: uno para los resultados de las elecciones municipales y otro en el de las elecciones federales.
En el primer caso, el PRI y sus aliados lograron el triunfo electoral en las principales ciudades de la entidad, con la excepción de Piedras Negras; en el segundo, la coalición encabezada por Morena se impuso claramente en la elección presidencial, se mostraba a la cabeza en la disputa por las senadurías y aventajaba en cinco de los ocho distrito federales.
Los electores votaron de forma diferenciada en una y otra pista, algo que en el análisis político suele considerarse un signo de madurez.
Respaldaron al partido que gobierna a nivel federal y, al mismo tiempo, le entregaron claras y relevantes victorias a quien gobierna en la entidad.
Es importante señalar, sin embargo, que los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), del Instituto Nacional Electoral, fluían con lentitud y, en la pista federal, habrá que esperar a que se cierre el PREP en el curso del día y, en última instancia, a la realización de los cómputos distritales, estatales y nacionales, a partir del próximo miércoles.
Al cierre de esta edición, el PREP mostraba, tanto en la elección del Senado, como en la de las diputaciones federales, un avance superior al 60 por ciento en la captura de las casillas, pero las diferencias entre primero y segundo lugar, en algunos casos, no eran de una amplitud que permitiera señalar una tendencia definitiva.
En cualquier caso, la afirmación inicial se sostiene y valdrá la pena que alrededor de esta se desarrolle un análisis serio porque los votos de la ciudadanía constituyen un mensaje que partidos políticos, candidatos y gobernantes deben escuchar y atender.
Un mensaje que se antoja evidente es el relativo a que los electores coahuilenses no le entregan todo a una sola opción partidista cuando tienen alternativas. Saben diferenciar entre una pista y otra, además de tener claras las diferencias que implica la elección local y la federal.
El mensaje es para ambos grupos, desde luego: ni quienes ganaron en lo federal, ni quienes se impusieron en la pista local, pueden —ni deben— considerar que cuentan con un electorado cautivo que les seguirá de forma acrítica en cualquier lucha.
Más allá de los mensajes para las fuerzas partidistas hay un corolario que deja esta elección para el gobierno local: la nueva administración federal cuenta en Coahuila con un respaldo claro de la ciudadanía y ello debe tenerse en cuenta como elemento para definir la relación que el gobierno de Manolo Jiménez deberá establecer con la nueva Presidenta de la República.
En este sentido es preciso también reconocer que, una vez más, el gobierno local podría encontrarse en desventaja en la representación coahuilense en el Poder Legislativo Federal, un elemento crucial para la negociación de presupuestos y para la defensa de los intereses estatales.
Esos son los elementos que definen la cancha de juego para los próximos tres años, al menos. Habrá que jugar con ellos.