¿Cómo lograr que al llegar a la edad adulta sigamos con vitalidad?

Opinión
/ 17 mayo 2024

El libro La fuerza de la vida, de Tony Robbins, como lo habíamos comentado en los anteriores artículos, reúne un conjunto de ideas y tratamientos que tienen por objetivo encontrar las formas de aumentar nuestro bienestar para que podamos continuar haciendo todas las cosas que deseamos con fuerza y salud por muchos años. Vivir una vida larga, vigorosa y saludable es deseable. Para ello, además, tenemos a nuestro alrededor muchos ejemplos de personas que han llegado a más de noventa años de las que debemos aprender. Sin duda son ejemplos de vida con buena salud, que irradian una mentalidad de longevidad.

Nos preocupa mantenernos sanos, con vitalidad. ¿Pero qué estamos haciendo para lograrlo? Creo que además de informarnos sobre los últimos adelantos científicos de la medicina, debemos preguntarnos cómo han llegado personas cercanas a nosotros, a la edad de 70, 80 ó 90 años y con vitalidad. En mi familia, mi tía Adela, hermana mayor de mi mamá, falleció a los 102 años. A los cien años, su nieto Pepe le organizó su misa y su fiesta. Entró a la iglesia caminando, sin bastón, ni andador. Tres de sus hermanas menores, comentaron: “Miren a Adela, está mejor que nosotras”. Y agregaron: “Toda su vida ha dormido bien, ha hecho trabajo físico, come poco y bien. Nunca ha fumado, no usa lentes”, y agregaron: “Todavía enhebra la aguja”. Se preguntaron, ¿será por todo eso que está bien? Creo que mi tía Adela siempre tuvo muy clara su misión de vida: ser partera y curandera, servir a la gente. Vivió en paz, con salud mental, emocional y espiritual.

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Aquí en Saltillo conocí al cura Humberto González Galindo. Hace unos días comí con él. Tiene 95 años. Como dicen en mi pueblo, está muy entero. Llegó al restaurante caminando derechito. Comió muy bien. Y sigue atendiendo su misión en la vida al frente de la Iglesia Padre Nuestro. Con una gran entrega y dedicación a sus feligreses, su labor de caridad la ha desarrollado por más de setenta años. Aunque se pudo haber retirado a los setenta y cinco años, ha continuado por 20 años más. Es admirable, proyecta mucha energía. Es un gran ejemplo para nosotros, no solo por la entrega a su ministerio, sino también por su fortaleza y vitalidad.

El libro La fuerza de la vida, las vidas de mi tía Adela y del Padre Humberto, nos enseñan que para mantener rejuvenecido nuestro cuerpo debemos permanecer activos, productivos, completamente funcionales, realizados y rebosantes de energía, cuidando nuestra alimentación y ejercitándonos, siempre con una misión de servicio a los demás, sin distinciones. Hay equipos de investigación en el mundo que han demostrado que los adultos que hacen ejercicio constante tienen telómeros significativamente más largos que aquellos que llevan estilos de vida sedentarios. Que la gente que nunca fuma, que lleva un consumo muy moderado de alcohol, realiza actividad física regular, mantiene un peso normal, y lleva una dieta saludable, vive largo y bien.

Los estudios también han demostrado una asombrosa variedad de beneficios para la salud para aquellos que comen suficientes verduras. Mi tía Adela comía verduras de las que cosechaban en el traspatio de su casa y mucho picante. Otro estudio que se hizo durante un periodo de dieciocho años descubrió que las personas de 50 a 65 años que consumían altos niveles de proteínas, tenían cuatro veces más probabilidades de morir de cáncer que las personas que consumían niveles bajos de proteínas.

La realidad es que muchas de las personas más sanas y enérgicas del mundo se adhieren en gran medida (o incluso exclusivamente) a una dieta dominada por las plantas. Dice Tony Robbins: “Mi amigo Tom Brady, el mejor quarterback que jamás haya existido en la NFL, se alimenta principalmente de frutas y verduras. Para picar entre horas, le gustan las nueces y las semillas. Y come porciones modestas de proteína magra de pescado o pollo”. Tom resume su principio dietético en dos palabras: “Principalmente plantas”.

Al final del libro nos dejan estas recomendaciones: 1.- Dormir lo suficiente, es de vital importancia. 2.- Manejar el estrés. 3.- Interacción social. 4.- El ejercicio es una de las maneras más importantes y más estudiadas de mejorar la salud del cerebro. 5.- Aprendizaje: aprender cosas nuevas. 6.- Una dieta baja en azúcar es importante para la salud. 7.- Tomar agua suficiente.

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