‘Cónclave’ y ‘Emilia Pérez’: reflexiones en torno a la duda existencial
Para liderar este mundo con sensatez, es importante dudar tanto del mundo exterior como del mundo interior
En esta temporada de los Premios Óscar llama la atención que dos películas cuya trama tienen una relación especial con México −sin ser producciones mexicanas− estén nominadas a múltiples galardones y envueltas en la polémica: me refiero a “Cónclave”, del director alemán Edward Berger, protagonizada por el afamado actor inglés Ralph Fiennes y, como actor de reparto, el mexicano Carlos Diehz, quien debuta en una producción internacional de esta talla; así como a “Emilia Pérez”, dirigida por el francés Jacques Audiard, protagonizada por la actriz española Karla Sofía Gascón y la actriz estadounidense de origen dominicano, Zoe Saldaña.
No escribiré sobre sus méritos o deméritos cinematográficos en este espacio, sin embargo, sí quiero invitar a mis lectores a que acudan al cine a verlas y juzguen por sí mismos si son o no de su agrado. En cambio, lo que a mí me parece de especial interés para la reflexión es un tema que atraviesa a lo largo y ancho de ambas películas: la duda y su papel existencial en la vida humana.
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Fray Diego Durán −historiador español y fraile dominico− narró que en una ocasión reprendió a una persona indígena por haber gastado todos sus ahorros obtenidos con arduo trabajo en una boda celebrada bajo los usos y costumbres originarios, a la cual convidó a todo el pueblo. La persona increpada le respondió al fraile, “Padre, no te espantes, pues todavía estamos en nepantla”. Fray Diego, conociendo que “nepantla” significaba “estar en medio”, pero sin saber a qué se refería este sabio hombre en particular, lo volvió a cuestionar. La respuesta fue que aún estaban neutros en la fe; que no profesaban completamente una ley religiosa u otra, sino que creían en Dios así como en sus costumbres antiguas de forma simultánea.
“Nepantla” es el punto ambiguo, intermedio, en donde no se sabe “si soy de aquí o soy de allá”. Es la fuente originaria de la duda.
“Cónclave” es una invitación a la duda existencial desde el cristianismo; una invitación a no caer en los dogmas que esclerotizan a la sociedad y que devienen en cientos de miles de muertes a lo largo de la historia cuando los distintos dogmas irreconciliables se encuentran y colisionan. En la película, el cardenal Lawrence −actuado por un excelente Ralph Fiennes nominado al Óscar− es el Decano del Colegio Cardenalicio, por lo que le corresponde organizar el Cónclave al fallecer el Papa.
En su homilía, Lawrence acentúa la relevancia que la duda tiene para la humanidad y la fe, e invita a sus colegas a votar por un Papa humano −y humanista−, que peque, se arrepienta, pida perdón y, sobre todo, que dude. Es de destacar que la misma homilía es interrumpida por la duda. El cardenal Lawrence inicia su discurso en italiano, apegándose a la doctrina más tradicional católica, y se interrumpe a sí mismo para hablar en su idioma nativo −el inglés− para hablar desde el corazón, desde sus propias inquietudes existenciales. Refiere que el mismo Jesús dudó en la cruz: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, y cierra con esta lapidaria reflexión: “La certeza es la gran enemiga de la unidad. La certeza es la enemiga mortal de la tolerancia.... Si sólo hubiera certeza, y no existiera la duda, no habría misterio y, por lo tanto, no habría necesidad para la fe. Roguemos que Dios nos otorgue un Papa que dude”.
Desde una postura laica, progresista y eurocéntrica, “Emilia Pérez” también nos arroja a la duda. En esta película, el narcotraficante “Manitas del Monte” ha vivido toda su vida en “nepantla”, sintiéndose mujer en un cuerpo de hombre. La película trata sobre la transición del personaje desde un hombre hacia una mujer, transita de ser un generador de violencia a ser una líder de madres buscadoras, de ser un padre a ser una tía.
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Si bien es cierto que abordar la guerra contra el narcotráfico en México −un conflicto armado que ha repercutido en más de cientos de miles de muertes y desapariciones− como un musical de origen francés es bastante problemático; el tema de la duda existencial está muy presente en la película. Las personas somos seres fraccionados en nuestro interior, en nuestras inquietudes existenciales: conciliar nuestro pasado con nuestro presente; armonizar los distintos ámbitos de nuestra vida como el amoroso, el profesional, las amistades, la familia, nuestros sueños, aspiraciones y frustraciones. Me parece que “Emilia Pérez” es una película que, muy lejos de ser perfecta, nos hace cuestionarnos sobre nuestra naturaleza humana como una unidad contradictoria y fragmentada, pero capaz de amar y transformar.
Coincido con el cardenal Lawrence en que hoy en día vivimos en un mundo lleno de líderes con certezas absolutas. Me parece que para liderar este mundo con sensatez, es importante dudar tanto del mundo exterior como del mundo interior. Nada está escrito en piedra; la duda reedifica.
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