Conflictos vecinales, ¿por qué son tan frecuentes en Saltillo?
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De entre todos los coahuilenses, los habitantes de Saltillo somos quienes en mayor proporción tenemos conflictos con nuestros vecinos. El dato es mucho más que una anécdota
Uno de los datos más llamativos sobre las características de la vida cotidiana en la capital de Coahuila es el que proporciona la más reciente entrega de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), estudio que es realizado trimestralmente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía: los saltillenses somos, en toda la entidad, quienes más conflictos solemos tener entre vecinos.
De acuerdo con la ENSU, entre las personas consultadas para elaborar la encuesta ha venido creciendo la proporción de quienes afirman haber sostenido al menos un “conflicto o enfrentamiento” con sus vecinos, derivado de problemas de convivencia. En el segundo trimestre de 2023 esa promoción superó el 83 por ciento de los encuestados.
La cifra es relevante porque la mayor parte de los conflictos o enfrentamientos que los mexicanos -en general- solemos tener son justamente con nuestros vecinos. De acuerdo con la ENSU, casi las tres cuartas partes de todos los conflictos reportados corresponden a diferencias vecinales.
El dato cobra aún mayor relevancia cuando se nota que en casi el 90 por ciento de los casos los conflictos tienen alguna consecuencia y, aunque por fortuna estas no van más allá de una discusión a gritos o el intercambio de insultos, existe una preocupante proporción de casos en los cuales los conflictos se traducen en agresiones a individuos o en daños a las propiedades de los protagonistas del diferendo.
No estamos ante una estadística trivial, sino ante el origen de buena parte de la violencia que se registra a nuestro alrededor. Se trata de cifras que resulta imprescindible tener en cuenta porque la conflictividad a nivel vecinal puede generar resultados sumamente indeseables.
Lejos de la tensión, por otro lado, lo que más necesitamos son comunidades en las cuales los vecinos se reconozcan como integrantes de un organismo social en el cual la interdependencia es una constante. Porque la defensa de los intereses comunes sólo puede asegurarse a partir de la existencia de comunidades de vecinos en las cuales la solidaridad sea un elemento esencial.
Por ello también es necesario atender el fenómeno analizando sus causas y diseñando mecanismos para eliminar las fuentes de conflicto. Al mismo tiempo, es necesario reforzar los mecanismos de resolución amistosa de las diferencias y convertirlos en parte de nuestra cultura.
Los humanos somos animales sociales, se nos enseña desde que estamos en la primaria. Lo que esto quiere decir es que no estamos diseñados para vivir en soledad, aislados del resto de nuestros congéneres. Pero la vida en sociedad solamente es “vivible” si se da en un clima de armonía, respeto mutuo y solidaridad.
Por ello, quienes tienen a su cargo las instituciones públicas relacionadas con el sostenimiento de la paz social tendrían que tomar nota de los datos que nos proporciona la ENSU y definir una ruta de acción para impedir que los indicadores empeoren y eso implique un deterioro de la calidad de vida para todos.