Conocer para recordar, recordar para no repetir

Opinión
/ 27 marzo 2022

Diariamente en las diversas regiones del mundo se cometen graves violaciones a los derechos humanos. En diversos contextos y con características distintas, pero con las mismas consecuencias: víctimas que sufren múltiples daños y afectaciones.

Con la finalidad de recordar a las víctimas, reconocer la lucha de las personas promotoras y defensoras de derechos humanos, así como evitar la repetición de los lamentables crímenes atroces, cada 24 de marzo se conmemora el Día Internacional del Derecho
a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas.

Como lo señalé en este mismo espacio en una columna previa denominada “Somos: recordar para no repetir”, el derecho a la verdad y la memoria puede generar distintas opiniones: por una parte se encuentran aquellas que sostienen que recordar permite visibilizar las graves violaciones, lo que facilitaría el acceso a la justicia para las víctimas.

Pero por otro lado hay quien sostiene que, para las víctimas, puede ser perjudicial el derecho a la verdad y la memoria, pues probablemente revivirían las experiencias que tratan de superar.

No obstante, lo cierto es que conocer la verdad sobre violaciones a derechos humanos no solamente es un derecho, sino una obligación Estatal que incluye el deber de las autoridades de garantizar la protección de los derechos humanos.

Esta obligación se debe cumplir a través de investigaciones eficaces que incluyan la participación de las víctimas, que tengan como base la dignidad de las personas y que busquen la reparación de los daños así como evitar la impunidad de los responsables.

Para lograrlo, sin duda, es necesario que se sepa con claridad qué fue lo que pasó, en qué circunstancias, quiénes ocasionaron las violaciones a derechos humanos, sus motivaciones y las consecuencias originadas. En este sentido, el derecho a la verdad tiene vinculación directa con otros derechos, como el del acceso a la justicia de las víctimas y el de la reparación del daño.

En el primer caso, la vinculación deriva del hecho de que para sancionar a las personas responsables de violar los derechos humanos es necesario saber qué pasó. Si bien el derecho a la verdad se cumple a través de información que no necesariamente pasará por un órgano jurisdiccional, ni se requiere que se cumplan formalidades estrictas para su recolección, lo cierto es que en la búsqueda de la responsabilidad también se busca la verdad pues los Estados no tienen legitimación para condenar por hechos falsos.

Por otro lado, el conocer la verdad de los hechos tiene repercusión directa en la reparación del daño. Esto es así, ya que el esclarecimiento de los hechos lesivos y de las consecuencias en la esfera de derechos de las víctimas es trascendental para generar planes adecuados de reparación que minimicen esas consecuencias y que prevengan su expansión.

Lo anterior es sólo una muestra de la importancia de la búsqueda de la verdad, la relevancia de conocer lo que pasó para que no vuelva a pasar, de conocer lo que pasó para sancionar a las personas responsables y para atender a las consecuencias de los hechos.

En ese sentido, el Estado se encuentra obligado a llevar a cabo las actividades necesarias para esclarecer los hechos, se debe de investigar con calidad y se debe profesionalizar a las autoridades para que la búsqueda de la verdad sea lograda a través de una participación idónea y sensible.

Por último, la búsqueda de la verdad debe ser un fin perseguido por el Estado, claro está, pero esa búsqueda no debe ser utilizada como un pretexto para más violaciones a derechos. La verdad que se busca mediante torturas, mediante allanamientos y mediante otras violaciones de derechos, no sólo conlleva el oscurecimiento de los hechos que se plantean, sino nuevas violaciones a derechos cuya verdad también tiene que ser perseguida.

El autor es investigador
del Centro de Estudios
Constitucionales Comparados de la Academia IDH

carloszamora@uadec.edu.mx

@carlos_zamorav

Este texto es parte
del proyecto de Derechos
Humanos de VANGUARDIA
y la Academia IDH

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