Cuatro actos:
¿cómo se llamó la obra?
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Primer acto. Después de meses de coordinación y logística se organiza el Campeonato Mundial de Béisbol Sub 23 en Sonora. Con la participación de 12 países, se están jugando en septiembre y octubre una serie de partidos. Las sedes son las ciudades de Hermosillo y Cajeme. Orgullosamente lo presentan las dos estrellas morenistas de la política sonorense: el gobernador y exsecretario de Seguridad federal, Alfonso Durazo Montaño, y la medallista olímpica, exsenadora y actual directora nacional del deporte, Ana Gabriela Guevara. La primera bola se lanzó el 23 de septiembre.
Segundo acto. Ante la ola de violencia que vive Sonora y y con la intención de asegurar el desarrollo pacífico del Campeonato Mundial beisbolero, Mario Villela e Ivonnne Llamas, vicepresidente y presidenta de la Cámara Nacional del Comercio (Canaco) en Cajeme, pidieron encarecidamente una “tregua” al crimen organizado durante los 10 días de duración del torneo: que por favor no haya hechos de violencia, no haya secuestros, asesinatos, ejecuciones, matazones, para no dañar la imagen internacional de México y de Sonora. Mientras los empresarios ruegan a los criminales “que no haya balazos, sino mejor abrazos, el gobernador Alfonso Durazo se comprometió a que las autoridades estatales y municipales estarían brindando todas las condiciones para garantizar la seguridad del evento.
Tercer acto. Durante el mes de septiembre, hasta el día de hoy, nada más en Cajeme (una de las sedes del Campeonato) se han reportado casi 60 homicidios y una centena más de actos de violencia. Parece que los capos no atendieron el gentil llamado empresarial ni mucho menos se atendieron el compromiso del gobernador entrante: tan sólo dos días después de la inauguración, el 25 de septiembre, nada más ese día, nada más en Cajeme, fallecieron siete personas, dos quedaron heridas y dos más fueron secuestradas como resultado de cuatro hechos violentos que se registraron.
Cuarto acto. En el poco rato que lleva el Campeonato Mundial, algunos beisbolistas cubanos han abandonado la concentración de la Selección cubana. Al día de hoy son en total siete peloteros los que desertaron para no tener que regresar a su país y buscarse un mejor futuro en México o idealmente, en Estados Unidos, donde les basta pisar el suelo de esa nación para recibir los beneficios de la ciudadanía por considerarse refugiados políticos. Me llama mucho la atención que esos rebeldes beisbolistas no hayan escuchado con atención los potentes discursos de su anfitrión, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien en los últimos días no se ha cansado de elogiar a Cuba. De haberlo escuchado, sabrían que viven en un país digno de ser considerado “Patrimonio de la Humanidad”. Tampoco deben haber escuchado a los corifeos de la 4T resaltando los valores de la “democracia cubana”. Y mucho menos escucharon al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel diciendo que es mentira que en Cuba se viva mal, sino que existe “una campaña de odio, desinformación, manipulación y mentiras”.
¿Cómo se llamó la obra? Bienvenidos al México-ficción de la 4T.