Desaparecidas: tragedia humana y crimen perfecto
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Si eres hombre, hoy imagina que eres mujer. Una mujer mexicana. Si eres mujer, no tienes nada que imaginar porque, dependiendo dónde vivas, es algo que padeces cada día, varios días a la semana o muchas veces al mes: miedo. Terror, pánico de que te vayan a dar un levantón, de que te vayan a secuestrar, de que te desaparezcan y de que sólo vuelvas a tu familia, muerta, tu cuerpo vejado, martirizado, para usar una palabra propia de estos días religiosos.
Lo he tecleado aquí un par veces, en textos dirigidos a los hombres: de verdad imagina que eres mujer y que te despiertas, te levantas, te bañas, te vistes, desayunas para ir a estudiar, a trabajar. O imagina que te arreglas para
ir a comer o cenar un jueves, viernes, sábado. O al cine, a un concierto, a bailar, a divertirte con amigas tuyas.
¿Qué te parecería que cada vez que navegaras por esos momentos te apresara el miedo? Que inevitablemente sintieras un sudor helado en el rostro, un pinchazo en el estómago, un escalofrío en la espalda, una angustia constante: “¿Y si me atrapan? ¿Y si me desaparecen? ¿Y si me violan y me
descuartizan y me tiran en una bolsa? ¿Y si pasan días, semanas, meses y años y nunca me encuentran? ¿Y si me convierto en una más y mi nombre y mi rostro terminan en una pancarta de las marchas de protesta ?”.
¿Cómo podrías vivir así? ¿Alguna vez va a terminar esta espantosa pesadilla que padecen las mujeres en México? ¿Cuándo? Y lo pregunto de nuevo porque no hay que normalizar ni minimizar esta violencia de las desapariciones que no solo no cesa sino que crece, tal como lo documentó y publicó la ONU hace cuatro días, cuando presentó un informe sobre los casos (de hombres y mujeres) en nuestro País, cuyo resumen plasmó en su página (https://bit.ly/3KOH3LY): durante la presentación del documento sobre la visita que realizó al País del 15 al 26 de noviembre de 2021, el órgano de expertos independientes instó a tomar acciones inmediatas para acabar con la impunidad absoluta que priva en este problema, al que calificó como “tragedia humana”. El análisis del Comité indicó que, al 26 de noviembre del 2021, el número de personas registradas que fueron víctimas de ese delito ascendía a 92 mil 710.
Aunque la mayoría de los desaparecidos son hombres entre 15 a 40 años, la ONU subraya que las cifras oficiales reportan una creciente tendencia a la desaparición de niñas y niños a partir de los 12 años, así como adolescentes y mujeres. La presidenta del Comité, Carmen Roda Villa Quintana, expuso que “se trataría de desapariciones que tendrían como objeto ocultar la violencia sexual, el feminicidio, la trata y la explotación sexual”.
Sí, en nuestro País las mujeres temen que al salir de casa puedan ser secuestradas para ser objeto de violencia sexual, feminicidios, trata de personas y explotación sexual, y temen que los perpetradores de estos crímenes las desaparezcan para ocultar sus delitos. Una monstruosa realidad. De nuevo: imagínate que cada día tuvieras miedo de usar el transporte público, un taxi, un Uber para ir a cualquier lugar, porque en cualquier momento podría sucederte lo mismo. ¿Cómo vivirías así?
¿Y cómo es posible que, como hombres, silenciemos la perpetuación de este oscuro país para las mujeres mexicanas? ¿No tienes mamá, hermanas, sobrinas, abuelas, nietas, tías, amigas, pareja? Si las tienes, deberías estar aterrado como ellas y exigir cada día que ya basta, pero no solo como algo abstracto, sino como un acto ciudadano de denunciar a cualquier macho que aceche a cualquier mujer dentro o fuera de su casa.
De acuerdo a un informe del Gobierno Federal, de las más de 50 mil personas desaparecidas que ha registrado durante la actual administración, dos de cada diez personas son mujeres (el 24.70 por ciento, 12 mil 350 casos), pero hay un par de datos más escalofriantes: si sólo tomamos en cuenta a las personas desaparecidas menores de 18 años, las niñas y mujeres adolescentes representan más de la mitad, el 55.30 por ciento, y la mayoría de ellas tiene entre 10 y 17 años. Miles de niñas y adolescentes desaparecidas.
Es imperdonable porque, hasta el 26 de noviembre del año pasado, sólo se judicializó entre el 2 y el 6 por ciento de los casos de desapariciones y solo se han emitido 36 sentencias en los casos dedicados a este delito.
Desaparición, el crimen perfecto, una hiriente vergüenza nacional...
jp.becerra.acosta.m@gmail.com