Día Mundial de la Población: muchos retos para reflexionar
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El pasado 11 de julio aconteció el denominado “Día Mundial de la Población”. Probablemente la vorágine de los compromisos y el ritmo acelerado de la vida que llevamos hizo que la fecha nos haya pasado desapercibida o, al menos, la tuvimos referida de algún modo lejano, pero no tuvimos oportunidad de pensar sobre el asunto. Todo ello pese a la gran importancia y familiaridad que tienen para nosotros los temas que son objeto de conmemoración de este señalado día.
Ahora bien, hablar del término población no nos puede resultar ajeno. No es un tema lejano. Al contrario, nada menos que nosotros y nuestras personas cercanas están inmersas en el mismo concepto, pues población es un conjunto de personas que habitan en una determinada área geográfica. Podemos pensar en la población que hacemos de nuestra colonia ciertamente, y con una perspectiva más amplia lo podemos proyectar de nuestra entidad, País, región, incluso de nuestro planeta. Si el asunto entonces nos resulta tan cercano porque es parte de la vida misma, ¿qué retos nos puede plantear la población? ¿Qué problemática se nos sugiere reflexionar con un día mundial dedicado a ésta? Veamos algunas ideas.
En primer lugar, acerquémonos un poco al origen de la fijación formal de la fecha y luego abordemos sus propósitos. El establecimiento inicialmente se operó a través del entonces Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 1989, y luego se mantuvo con la resolución de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas 45/216 de diciembre de 1990.
Ambas acciones fueron resultado de una serie de esfuerzos previos, informes, investigaciones y declaraciones políticas en el mismo sentido, que finalmente consolidaron la formalidad de dedicar ese día a la reflexión de los retos que plantea pensar en términos generales en la idea de la población. ¿Y por qué ese día 11 de julio? La respuesta es que ese día, pero del año 1987, se recuerda que la población mundial alcanzó el número redondo de 5 mil millones de personas.
En cuanto a los objetivos de establecer este día de conmemoración mundial está el de llamar la atención sobre la urgencia y la importancia de las cuestiones de la población y sus relaciones con el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Como sabemos, estos propósitos torales tienen a su vez múltiples implicaciones y desarrollos, pero pensemos en algunos de los principales en clave de derechos humanos.
Quizá una primera implicación es que nos encontramos poblando un planeta cuyos recursos naturales no se están cuidando lo suficiente y en donde el medio ambiente lo estamos deteriorando irreversiblemente. ¿Acaso no caemos en la cuenta de que es el único planeta donde podemos vivir? ¿Qué destino le deparará a las futuras generaciones y a nuestros descendientes si arruinamos el medio ambiente? Esta tendencia negativa no puede continuar. Debemos ser capaces de honrar un sentido de responsabilidad mutuo y de respeto del derecho al medio ambiente y de proteger desde ahora los derechos de las próximas generaciones.
Otra de las implicaciones que podemos mencionar se refiere a la cantidad de la población, su distribución y acelerado crecimiento. Las proyecciones son que en este año llegaremos a los 8 mil millones de habitantes y que aumente en 2 mil millones de personas en los próximos 30 años. La mayoría de la población se concentra en Asia, siendo China y la India los países más poblados. Más población vive en zona urbana que rural y el fenómeno migratorio es mayor que nunca. Las mayores tasas de natalidad provienen de países con dificultades económicas y las tasas con menor crecimiento poblacional de países con condiciones más solventes.
La reflexión sobre ello obviamente no recae en un aspecto meramente cuantitativo o para calificar si es muy elevada o debiera reducirse la cifra de población. El punto de atención más bien está en las relaciones que tiene este número con la agenda del desarrollo sostenible, y la repercusión en los esfuerzos para resolver los problemas mundiales de pobreza, desigualdad, hambre, desempleo, falta de vivienda, agua, educación, salud (de todo tipo, pero también sexual y reproductiva) y, en general, sobre la garantía de los derechos humanos para conseguir una vida plena para absolutamente todas las personas.
El progreso lamentablemente no ha llegado por igual. En todos lados hay zonas más necesitadas de asistencia. Las desigualdades en el panorama mundial cunden y hacen más difícil la protección de los derechos. Por eso es relevante conmemorar un día de la población, que llame la atención a todas las partes involucradas en el tema, para que nos recuerde la tarea permanente que tenemos de coadyuvar en la solución de los problemas referidos. Hagámoslo a título individual, pero también desde la perspectiva colectiva, que desde las dos dimensiones hay mucho por hacer. Que sea para cuidar nuestros derechos, para proteger nuestro planeta y también para respetar a las generaciones que vienen.
El autor es secretario académico de la Academia Interamericana de Derechos Humanos
Este texto es parte
del proyecto de Derechos
Humanos de VANGUARDIA
y la Academia IDH