Dichos picosos y picositos
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En mis viajes, muchos y muy deleitosos, oigo a veces refranes nuevos para mí. Los dicen sobre todo quienes trabajan en el campo: agricultores, ganaderos, criadores de reses bravas... Los de ciudad hemos perdido la costumbre de adornar nuestra conversación con los antiguos dichos que nuestros padres y abuelos usaban como sabrosa especia para sazonar la plática.
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Ofrezco una colección de dichos que últimamente he recogido en mis andanzas.
- Entre todos la matamos y ella sola se murió.
Se usa cuando todos tienen la culpa de algo, pero nadie quiere asumir la responsabilidad.
- Luna de enero y amor primero no tienen compañero.
La canción dice que un viejo amor ni se olvida ni se deja.
- Donde hay yeguas potros nacen.
A la causa sigue siempre el efecto.
- A quien Dios lo quiere bien la perra le da lechones.
Significa que Dios bendice a manos llenas.
- Dos caminados tiene el dinero: viene despacio y se va ligero.
Este refrán no necesita explicación, y menos en los actuales tiempos.
- Al catarro con el jarro.
Del pecho los males se curan con mezcales.
- Al que tiene tractor, casa o mujer, nunca le falta qué componer.
No entendí este refrán.
- Primero te quedes manco que firmes algo en el banco.
Tampoco este dicho lo pude descifrar.
- De hacendosa y hacendada, la primera más me agrada.
El hombre debe preferir a la mujer trabajadora sobre la rica. Ahora que si es rica y trabajadora ¡qué a toda madre!
- De la cintura p’arriba todos somos santos.
Eso es muy cierto. Y con la edad nos volvemos santos también de la cintura para abajo. Sea por Dios.