El arte lírico y musical abre una nueva era en el panorama cultural de Saltillo
Por primera vez en la historia musical de la ciudad de Saltillo, podemos disfrutar de la presencia de dos compañías de ópera, hecho señero en nuestro país y que, además, ambas agrupaciones están activas montando y presentando proyectos operísticos y vocales. Algo inusitado y ponderable desde cualquier ángulo y punto de vista.
En este nuevo panorama son muchos los beneficiados: el público, principalmente, los músicos, especialmente los egresados de la Escuela Superior de Música de la UAdeC, que enriquecen el contexto musical en el que participan, los miembros de los coros de estas compañías y sus solistas. Una nueva historia de la música en la ciudad capital de nuestro estado se está escribiendo.
Todo esto confluye en un acontecimiento de aniversario: el máximo recinto cultural de nuestra ciudad capital, el Teatro de la Ciudad “Fernando Soler”, cumple 45 años de difundir cultura desde el interior de sus muros. La historia inicia el 26 de marzo de 1979 con la puesta en escena de Los empeños de una casa de Sor Juana Inés de la Cruz, dirigida por el gran dramaturgo Luis G. Basurto.
Desde ese entonces, y hasta la fecha, por el teatro han pasado innumerables artistas connotados en todas las disciplinas artísticas. Recuerdo que una constante en los 90 del siglo pasado era la contratación de artistas foráneos para los conciertos y puestas en escena en este recinto. La Orquesta Sinfónica de Coahuila despareció en el primer lustro de esa década, dejando un hueco prolongado que llenó la actual Orquesta Filarmónica del Desierto hace ocho años y que, indudablemente, ha sustituido con creces las demandas de una ciudad que despierta de un prolongado letargo musical.
Fue a partir de la segunda década de este siglo que en nuestra ciudad se percibió un boom cultural y artístico fuera de lo común. Ahora disfrutamos, y presumimos, de talentosos artistas locales y otros más que van surgiendo con el paso del tiempo.
El pasado viernes se presentaron en este recinto, en el marco de su 45 aniversario, dos de las agrupaciones musicales de nuestra ciudad con más actividad y reconocida trayectoria, el Coro de la novísima Compañía de Ópera de Saltillo, dirigidos por el maestro Alejandro Reyes-Valdés, y la Orquesta Filarmónica del Desierto, todos bajo la dirección del maestro Natanael Espinoza, con un programa conformado por coros de óperas.
No recuerdo yo en los últimos 30 años de mi llegada a esta ciudad haber escuchado una velada musical de esta naturaleza, y si la hubo fue con voces y orquesta foráneos. El programa constó de una cuidadosa selección de piezas corales de óperas célebres: Carmen de Bizet, Traviata, Nabucco y Aida de Verdi, y Cavalleria Rusticana de Mascagni. El programa lo abrió la OFDC con la Obertura de Nabucco de Verdi, y después del intermedio la orquesta interpretó la Obertura de la zarzuela Las bodas de Luis Alonso.
En su breve existencia el Coro de la COSA ha logrado el reconocimiento del público saltillense merced a sus exitosas presentaciones en diferentes teatros y localidades de la ciudad. Desde sus albores han abordado partituras demandantes destinadas al ensamble coral, tanto en el ámbito de la ópera como del repertorio religioso y sinfónico. El público gozó de una equilibrada interpretación del repertorio operístico mencionado.
Gracias al soporte orquestal que siempre apuntaló al coro, se pudo apreciar el balance tímbrico y dinámico, principalmente en las voces femeninas de las sopranos y contraltos, así como de sus solistas. En la sección de voces masculinas, tenores y bajos, se percibió un flujo sonoro menos brillante, debido a la disminuida cantidad de voces varoniles. Esperamos en una siguiente presentación repertorio coral de Puccini, y, ¿ por qué no?, Wagner.
La Compañía Ópera de México ronda los diez años de existencia en nuestra ciudad. Fundada por el maestro Arturo Rodríguez Torres, ha venido desempeñando un discreto protagonismo en nuestra localidad. La noche del jueves pasado esta compañía presentó la ópera bufa La Serva Padrona, del compositor italiano Giovanni Battista Pergolesi (1710-1736).
La escenificación se llevó a cabo en el Foro Amapola, que se ha distinguido por la apertura y cobijo tanto de tradicionales como de novedosas propuestas artísticas y escénicas. Apunto aquí, brevemente, algunos de los elementos de interpretación de esta puesta en escena.
En primera instancia resaltó la eliminación de todos los recitativi secchi de la ópera, otorgándole más velocidad y fluidez a la trama. La actualización temporal de la historia desarrollada por Pergolesi. El minimalismo escénico desplegado en el escenario que, quizá, acartonó el arco narrativo.
Otro elemento para ponderar fue la energía sostenida de la orquesta de cámara que apuntaló todo el desarrollo escénico y vocal, dándole brillantez a las arias interpretadas por Adriana Medina y Arturo Rodríguez. La actuación de la soprano Adriana Molina fue brillante, rica en gesticulaciones y expresiones vocales. La disociación visual, y escénica, que el director Arturo Rodríguez propició al desconectarse de su trama y dirigir a la orquesta. En suma, una espléndida velada musical.
CODA
Vendrán más presentaciones de estas y otras agrupaciones musicales en los teatros y auditorios de nuestra ciudad. Bienvenidas todas ellas.