Generación eléctrica: oportunidad y obstáculo
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La capacidad de generación eléctrica de México se encuentra en estos momentos en el límite. Por fortuna, se trata de un problema que es relativamente sencillo de corregir
Pocas veces la realidad nos enfrenta a una dicotomía como la que tenemos frente a nosotros como país en el terreno de la generación de energía eléctrica: se trata, al mismo tiempo y sin contradicción de por medio, de un obstáculo para la atracción de inversiones y una oportunidad para eso mismo.
La aparente contradicción es fácil de explicar: de acuerdo con voces especializadas, la capacidad actual de generación de electricidad en México se encuentra por debajo de la demanda y sería incapaz de responder a una exigencia mayor en el corto plazo, derivada de la llegada masiva de inversiones producto del fenómeno nearshoring.
Sin embargo, uno de los sectores en los cuales podemos atraer grandes inversiones es justamente el de la producción de energía eléctrica... tal como ya lo hicimos en el pasado. El punto fino de esta situación es que resulta urgente tomar decisiones en esta materia.
Además, si hiciéramos esto último estaríamos matando dos pájaros con una sola piedra: incrementaríamos la llegada de inversión extranjera directa y resolveríamos el problema de desabasto que hoy ya se percibe como un freno importante de la competitividad nacional.
Jorge Arrambide Montemayor, presidente del Comité Técnico Nacional de Energía del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), lo ha planteado de una forma clara para el caso de nuestra entidad:
“Coahuila es de los estados principales de atracción de nearshoring por la capacidad técnica y laboral que tienen los trabajadores aquí, que es muy competitiva; tienen muy buena infraestructura logística con las conexiones hacia Estados Unidos, nada más que ahorita enfrentamos un obstáculo que es la energía eléctrica, que hay que resolver”.
El término utilizado para describir la situación es relevante: en opinión de este especialista, el déficit en la generación de electricidad constituye solamente “un obstáculo”. La idea sería no permitirle avanzar, de forma que no termine convirtiéndose en un impedimento.
Se trata de un reto importante para el futuro gobierno de Claudia Sheinbaum, el cual deberá enfrentar la disyuntiva de mantener la política energética actual, centrada la concepción nacionalista de la producción u optar por una en la cual, sin renunciar a la rectoría estatal, seamos capaces de mejorar la competitividad del país.
Una alternativa importante en este sentido es la apertura a la generación de energías a partir de fuentes renovables por parte de empresas privadas, es decir, energía menos contaminante que la producida actualmente. Para ello, México tiene condiciones inmejorables: podemos producir electricidad a partir del sol y del viento en cantidades inmensas.
Apuntalar la economía nacional y convertirla en un mecanismo de generación de bienestar general resulta imposible sin expandir la planta productiva. Para ello se requiere energía. Hoy, estas variables se combinan para generar un círculo vicioso que urge convertir en uno virtuoso. Esperemos que ello ocurra pronto.