Hablemos de Dios 164: ya no va a misa ni en España ni en México

Opinión
/ 2 marzo 2024

Los nombres de Dios. Tenemos al menos cinco o seis columnas tratando, intentando nombrar a Dios, encontrar su nombre de pila y entonces y sólo entonces, dirigirnos a él. Lamentablemente, Dios no es Dios, no tiene nombre. Al menos, no tiene nombre terreno. ¿Existe entonces?, ¿es creación humana no divina? Y hartos comentarios me llegan de esta exégesis emprendida por su servidor. ¿Dios terreno o divino? Esto ha sido una polémica con el empresario saltillense, el hidalgo don Javier Salinas, quien acaba de regresar de un periplo español. Me cuenta don Javier: al ir a misa en una de las maravillosas catedrales españolas en una de sus hermosas ciudades, al ver la poca afluencia de creyentes y preguntarle por ello a un vecino de misa, el ibérico le espetó: “Dios ya no viene a misa en España, coño...”.

Pues no, Dios ya no va a misa en España, pero tampoco en México, ni se aparece a nadie desde hace miles de años. En uno de esos versos rasposos, los cuales duelen como lija, el gran maldito Charles Baudelaire escribió:

Mi mujer ha muerto. Soy libre,

Ahora puedo beber mucho o poco.

Cuando llegaba sin un céntimo.

Sus gritos me volvían loco.

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Ja. Buen punto. Parafrasee usted lo anterior y dicha mujer, pues es Dios. Es decir, dijo Federico Nietzsche: Dios ha muerto (ojo, si Dios murió, entonces estaba vivo, en fin. Cosas de la razón, le digo). Si Dios está muerto, ¿seremos libres?, ¿ahora podemos concentrarnos en nuestras vidas y llevarlas a buen puerto sin ayuda o interferencia de Dios altísimo?, ¿los gritos y el martillo de Dios nos vuelven locos?

Hay tantos nombres de Dios en la Biblia, que no sé qué pensar. Son como nuestras vírgenes y santos para nosotros los católicos. Es lo mismo básicamente. Al leer de nuevo la Biblia (cristiana o católica, es la misma, pues), he “descubierto”, imagino ya todo mundo lo sabe, en fin, varios nombres o apodos de Dios, o sobrenombres de Dios. Ahí le van algunos: “El señor mi Dios”, Jehová Elohay. “Dios está allí”, Jehová Sama. “El señor mi pastor”, Jehová Rohi. “El señor mi proveedor”, Jehová Jirè... en fin.

¿Qué hacer con este galimatías bíblico? Pues caray, no lo sé. Usted tome sus decisiones. Usted lea y relea su Biblia y explore todo lo anterior lo cual aquí le presento semanalmente y sin pretensiones. Hay un poeta, el cual murió de amor y se volvió loco, Friedrich Holderlin, alemán él. Se encerró en su torre y se entregó a morir.

Dueño de una obra perturbadora, su poesía abreva de dos aguas: la genialidad y la locura. Sí, hermanas siameses. ¿Dónde termina una y empieza la otra? Imposible definirlo. Insisto, al mismo Jesucristo y en su momento, lo tildaron de estar “loco”. Lea usted sus versos:

...el mar quita y da memoria

También el amor fija las atentas miradas;

Mas lo que permanece, lo fundan los poetas.

Y Dios fue fundado, creado, inventado por poetas. Así de sencillo. ¿Locura o genialidad? Ja. El maestro de Cafarnaúm fue acusado de satánico (Marcos 3, 22-30); fue acusado de estar loco, de haber perdido la razón (Marcos 3, 20-21). Abro paréntesis rápido: de ser cierto lector, la humanidad, los creyentes como usted o yo, seguimos la doctrina de un loco. Así de sencillo. También fue acusado de ser un glotón y bebedor (Marcos 2, 13-17)...

ESQUINA-BAJAN

En fin, le digo que tengo muchos “piensos” que contarle. Líneas atrás le hablé de un “nombre de Dios”, es Jehová Rofe, es decir, “El señor mi salud”. En Marcos 16:18 se lee que Jesús imponía sus manos sobre la gente enferma y ésta sanaba. Pues sí, pero era el maestro. ¿Nosotros? Pues se lo he dicho antes, no creo en esos mensajes de redes sociales que dicen a la letra un estribillo bobo: “Bendecido día, bendecida semana”, puf. Basura. Dígale a la gente necesitada esto: tenga usted una bendita semana y aquí le van 800 lanas para que se ayude, salga adelante y tenga eso, una bendita semana.

No dudo, se lo van agradecer a mares y sí, Dios lo va a bendecir a usted por esa acción, ¿Y si no lo bendice? Pues caray, es el famoso imperativo categórico de Emmanuel Kant: haz el bien, no porque haya un Dios bueno o malo, sino porque es sencillamente lo correcto y bueno. No resisto las ganas de citarle una vez más a ese poeta maldito por antonomasia, Charles Baudelaire, en su eterno poemario, “Las flores del mal”, en un terceto escribe:

Pero persigo en vano al dios que se retira;

La inexorable noche con imperio nos mira,

Negra, húmeda, funesta, llena de escalofríos.

“Dios se retira”, dice el atormentado poeta y llega la noche y la oscuridad cruel, negra, asfixiante, donde anidan todos los miedos y todos los temores. De última hora, voy leyendo que también el mismo traidor de Pablo (Saulo cuando era judío. Es como cambiarse de mis Acereros a los Cowboys, puf) fue acusado de estar loco, lea usted 1ª de Corintios 4:10.

LETRAS MINÚSCULAS

Perdón por insistir ¿y si estamos siguiendo una religión de locos? Ja, al perecer es eso. ¿Qué es estar cuerdo, qué estar loco, qué es la sabiduría? “Nada es cierto aquí abajo; todo es uno y lo mismo”, Ch. Baudelaire.

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