Hablemos de Dios 192
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TEMAS
Gracias por leerme. Gracias por atender esta saga de reflexiones y textos sobre ese inasible Dios. Gracias de corazón, palabra y pensamiento. De entrada, no puedo “escribir algo bonito” sobre Dios. Y no puedo, porque no creo en ello, en eso. Eso de “Dios me habla” o sentir su halito fundador en mi pluma, pues en mi caso no se me ha dado. Creo jamás se va a manifestar. Eso se me hace una superchería, en honor a la verdad. Es como aquello recomendado y espetado por los magos y estafadores de la superación personal: “sólo basta con imaginar la casa de tus sueños, la visualizas... y la casa viene a ti.” Puf, qué de basura. Si eso fuese la solución, todo mundo estaría viviendo en los Alpes Suizos o en Holanda. O en Marte.
“Aquí esté el pecho, mujer,
Que yo sé que lo herirás.
Más grande debiera ser
Para que lo hirieses más.
***
Porque noto, alma torcida,
Que en mi pecho milagroso,
Mientras mas honda la herida
Es mi canto más hermoso”.
Creo los ha escuchado alguna vez, o usted se los sabe de memoria, son los poderoso versos sencillos (de sencillos no tienen nada) de ese gran poeta cubano, pero ciudadano del mundo, José Martí, quien a la precaria edad de 42 años, ya estaba muerto. Y murió cómo héroe, de un balazo. Vida al límite la cual vamos a explorar posteriormente. Hoy nos interesa lo siguiente: ¿Cuáles son los temas, las preocupaciones, las motivaciones, los resortes de la poesía de José Martí?
Como todo gran creador, acepta múltiples lecturas y no hay desperdicio en sus aristas insospechadas. Es decir, lo podemos leer en clave de eso hoy tan sobado y roído llamado “equidad de género” (el anterior texto se lo transcribí en ese sentido: antes de “cortarse”, el poeta se pone una venda: tiene listo su corazón y lo ofrece a la mujer, siempre mala y en maldad, para sentir la herida de amor u odio), lo podemos leer e interpretar en clave de libertad y lucha de clases, lo podemos leer en clave de naturaleza, en clave política. Y claro, en clave divina, buscando a Dios. Sólo por esta ocasión, aunque ya luego lo abordaremos en nuestra ya larga saga del “8M” y anexas, a don José Martí se le puede escudriñar en esa lata, esa monserga de hoy y veneno manifiesto llamado “equidad de género”, “racismo”, “lucha de clases”, “respeto a la diversidad sexual”, “discriminación” y un largo etcétera. A José Martí, las feministas deberían de quemarlo. Todo. Sólo por hoy lea usted otro ejemplo manifiesto. ¿Verdad maniquea, resabio antiguo, forma parte de nuestro ADN como mexicanos? El tema es sencillo y duro: las güeras, las rubias, las mujeres de tez blanca son letales, falas, traicioneras y ligeras. Pero todo mundo las desea y las quiere. ¿Las morenas, las prietas, las negras? Pues son abnegadas y buenas, pero nadie las persigue.
ESQUINA-BAJAN
Lea usted por favor el siguiente poema escrito en versos de arte menor, octosílabos:
“Mi amor del aire se azora.
Eva es rubia, falsa es Eva;
Viene una nube y se lleva
Mi amor que gime y llora.
Se lleva mi amor que llora
Esa nube que se va.
Eva me ha sido traidora.
¡Eva me consolará!”.
Esto es sola una probadita de los extremos a los cuales hemos llegado hoy: pasar bajo el rasero, el tamiz, usar nuestros anteojos de nuestra mediocridad punitiva; valorar los textos y letras de gente eterna a la cual no le interesaba ni un bledo y jamás pensaban en tonterías como el insultar o faltar a respeto a eso llamado hoy “igualdad o equidad de género.” Puf. Lea lo siguiente donde bulle y hierve ese llamado Dios. Aquí y no en otra parte, es donde encontramos, nos encontramos cara a cara con Dios:
“Lo que me duele no es vivir: me duele
Vivir sin hacer bien.
Mis penas amo,
Mis penas, mis escudos de nobleza...
Buena es la tierra, la existencia es santa...”
Por eso a los hermanos católicos se les critica lo siguiente: se dan golpes de pecho en misa, cuando comulgan lo hacen con cara de corderos directos al matadero... pero cuando llegan a sus casas, con su familia o a su empresa, siguen siendo los mismos demonios diarios de siempre. Por eso el gran Martí dice y dice bien: “... me duele/ vivir sin hacer el bien.” Aquí y no en otro lugar está Dios.
LETRAS MINÚSCULAS
“Conozco al hombre, y lo he encontrado malo...”. Vamos iniciando: leer y anotar a José Martí en clave divina... y terrena. Y volver a Pessoa.