Iniciativas en pro del medio ambiente: hay que debatirlas
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Tras la pérdida de más de un centenar de hectáreas de bosque, a raíz de los incendios que se han registrado en la Región Sureste de Coahuila, ayer surgieron dos iniciativas que pretenden ofrecer respuestas al fenómeno y contribuir a que los siniestros no se repitan o sus efectos sean menos graves.
Una de ellas tiene que ver con la creación de un cuerpo policial dedicado a garantizar la integridad de bosques, humedales, zonas protegidas, ríos y otras riquezas naturales de la entidad que pudieran verse amenazadas por la actividad humana.
La Policía Forestal que se plantea crear tendría, entre otras, la responsabilidad de realizar tareas preventivas para evitar que las personas provoquen incendios, así como para intervenir en la mitigación de los efectos de aquellos que surjan por causas naturales.
El segundo planteamiento tiene que ver con endurecer las penas en contra de quienes provoquen un siniestro, imponiendo multas más altas −hasta de 100 mil pesos− así como penas de prisión hasta de 15 años para quienes, de forma intencional, realicen actividades que provoquen daño al ecosistema.
La propuesta, que fue presentada ayer en el Congreso del Estado, deberá pasar por el proceso legislativo para que se dictamine y, en su caso, se incorpore a la legislación penal de nuestra entidad.
En ambos casos estamos hablando de propuestas que deben ser analizadas y deberían dar paso a un debate serio y amplio respecto de las distintas medidas que es posible adoptar para mejorar la protección a nuestro entorno y garantizar la preservación de los recursos naturales.
Valdría la pena en ese sentido que las autoridades de todos
los órdenes de gobierno y de todos los poderes coordinaran esfuerzos para convocar a la reflexión colectiva.
En el caso de los dos planteamientos que reseñamos en esta edición, estamos ante propuestas que son complementarias y no tiene por qué escogerse entre una y otra. En todo caso, convendría revisar con detenimiento si las sanciones penales constituyen un inhibidor eficaz de las conductas humanas que provocan daños al medio ambiente.
Por otra parte, es necesario tener en cuenta que no todos los incendios forestales son producto de la actividad humana, pues las tormentas eléctricas −es decir, la propia naturaleza− provoca un buen número de ellos.
Debido a esto último, la creación de un cuerpo policial responsable de vigilar permanentemente el entorno, al que se dote de las herramientas necesarias para actuar de inmediato en caso de que surja un siniestro, resultaría de gran ayuda para que la reacción de todas las áreas involucradas en la preservación ambiental fuera más eficaz.
En general, lo que se requiere es asumir la necesidad de discutir en voz alta el tema y plantearnos la búsqueda de un esquema que hoy no existe: un modelo de prevención para proteger el medio ambiente del que dependemos todos los seres vivos.