Islas de calor urbano
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El efecto isla de calor urbano es un tema estudiado desde hace muchos años que poco se aplica para diseñar y planear las ciudades. Normalmente hablamos de la temperatura de una ciudad como si en toda su extensión territorial se presentara igual, si bien, hay variaciones debido a la altura sobre el nivel del mar y las condiciones geográficas, existe un fenómeno llamado isla de calor urbano que se presenta por la concentración de ciertos factores.
La construcción y crecimiento de las ciudades altera los sistemas naturales, irrumpe con edificaciones y materiales como asfalto y cemento, en muchos casos devasta la vegetación natural para abrir paso a calles, carreteras o predios habitacionales. Si a eso agregamos la gran afluencia de automóviles, la cada vez mayor existencia de sistemas de climatización, las luces constantes, la creciente generación de contaminantes, el efecto cañón de edificios que limitan la circulación de aire, las extensas superficies pavimentadas, la escasa vegetación y arbolado, tenemos por resultado una concentración de emisores de calor, lo cual provoca que en algunos espacios de la ciudad se presenten temperaturas mayores. Durante el día el sol calienta en mayor medida el asfalto, sin tener efecto sombra de árboles, y por las noches los materiales de construcción urbana desprenden muy lentamente el calor de captan durante el día a diferencia de zonas rurales donde abunda la tierra y su capacidad de perder calor es más rápida. Cabe señalar que ese calor no es en toda la ciudad, sino en zonas puntuales, como los centros de la ciudad que son puntos muy aglomerados y con escasa o nula vegetación.
Esta condición propicia un círculo vicioso, mayor temperatura aumenta el uso de dispositivos de refrigeración y aires acondicionados, los cuales emiten calor en su funcionamiento, y a su vez incrementan el consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero. Este fenómeno contribuye en gran medida al calentamiento local y global producido directamente por las actividades humanas, no por cuestiones meteorológicas.
¿Cómo podemos mitigar el efecto de isla de calor urbano? En primer lugar, con más y mejores áreas verdes, con arbolado y cobertura vegetal, con jardines verticales, e incluso plantas en macetas grandes pueden ayudar. Vigilar y hacer cumplir los reglamentos de construcción que indican la extensión de áreas verdes que se requieren. Impulsar que estacionamientos de supermercados, plazas comerciales, hospitales, escuelas y toda extensión grande cubierta por asfalto cuente con arbolado que haga sombra al menos en una proporción, siempre hay alternativas para realizarlo. En segundo lugar, reducir el consumo de energía por aires acondicionados, buscar aprovechar la luz, sombras y viento natural en la mayor medida posible.
Este es un tema que requiere de mayor investigación, representa un área de oportunidad para estudios y propuestas, un buen análisis de localización de islas de calor urbano sería una importante base para definición de estrategias locales para mitigación y adaptación de las ciudades al cambio climático.