Javier Villarreal: una década de impunidad
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El ex todopoderoso funcionario de la administración estatal de Coahuila, Javier Villarreal Hernández, ha obtenido recientemente el enésimo aplazamiento de la audiencia en la cual, el juez que sigue su causa, debiera dictarle sentencia. Los aspectos técnicos sobre la razón del continuo aplazamiento de la audiencia son desconocidos.
Pero que no conozcamos los argumentos legales que justifican el que Villarreal siga en libertad, pese a haberse declarado culpable de los delitos que se le imputaron en los Estados Unidos, no impide reiterar la extrañeza por la inactividad de las autoridades mexicanas en su contra.
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Porque si los delitos cometidos por quien fuera el responsable de las finanzas coahuilenses, en el sexenio de Humberto Moreira, ya no tienen que ser probados, lo que ha quedado demostrado, como se ha señalado en innumerables ocasiones, es que el dinero que intentó lavar en el vecino país es propiedad de los coahuilenses.
¿Por qué no se hace nada para recuperarlo?, ¿qué impide al Gobierno de Coahuila acudir a las autoridades de los Estados Unidos y demandar la devolución de lo robado aquí?
Conviene recordar en este sentido que en abril del año pasado el presidente López Obrador aseguró que su gobierno ya había establecido acuerdos con el de Estados Unidos para la devolución del dinero confiscado a Villarreal e incluso dio una cifra concreta: 246 millones de dólares.
La revelación de la información incluso provocó un intercambio de declaraciones entre el Gobierno de la República y el de Coahuila, entonces encabezado por Miguel Ángel Riquelme, respecto de si los recursos se entregarían a Coahuila.
Sin embargo, los meses han transcurrido sin que se formalice la entrega de un solo centavo y, por lo que se ve, sin que las autoridades mexicanas -ni federales ni estatales- se ocupen del tema.
De hecho, solamente cuando los medios de comunicación retoman el asunto se registran algunas declaraciones aisladas en torno al mismo y se recuerda el hecho de que Villarreal Hernández sustrajo de las arcas coahuilenses recursos que, en alguna medida, forman parte de la deuda que seguimos pagando.
Hoy que el ex funcionario estatal ha logrado que la Corte donde se ventila su caso aplace una vez más la fecha para dictarle sentencia, la ocasión resulta propicia para cuestionar qué se piensa hacer para recuperar los recursos expoliados a la hacienda pública local.
Largamente se ha apostado en Coahuila al olvido colectivo, a la dilución del tema y a que, de esa forma, el agravio sufrido por los coahuilenses termine por conquistar el territorio de la impunidad. Eso es algo que, sin embargo, no ocurrirá porque se trata de una afrenta que sólo curará el que se haga justicia en el caso.
Y hacer justicia solo puede implicar una cosa: que a Javier Villarreal se le juzgue y castigue por los delitos que cometió aquí y por los cuales no ha sido aún llevado al banquillo.