Jesús Valdez: El señor cuadrado
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Los historiadores chihuahuenses le deben la salvación del archivo del Estado, amenazado por un incendio en el Palacio de Gobierno
Se llamaba Jesús Valdez, pero nadie lo conocía con tal nombre, sino con el apodo de “El Cuadrado”, por sus recias espaldas musculosas. Vivió en la ciudad de Chihuahua. Murió en Parral, electrocutado, el 8 de septiembre de 1944.
Lo primero que de él se sabe es que trató de suicidarse cuando tenía 14 años. Al preguntarle alguien el motivo respondió con laconismo:
-Tenía hambre.
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Había llegado como criado de un merolico. Aprendió a hacer dulces que vendía por la calle. Se contrató de mozo para barrer un cine. Luego se vio envuelto en problemas con la policía y fue expulsado de la ciudad. En Torreón logró hablar con el gobernador chihuahuense, de visita en aquella ciudad, quien le facilitó el regreso y lo ayudó.
El padre Vértiz, sacerdote de Chihuahua, lo hizo entrar en un grupo de muchachos que se dedicaban al excursionismo. Ahí se reveló la vocación del muchacho: le gustaba ayudar a los demás. Además le atraían las aventuras peligrosas. En 1936 prestó un servicio a su antiguo patrón del cine Alcázar: para hacer publicidad a la película “La Llorona” tendió dos cables de uno a otro campanario de la catedral y atravesó por ellos haciendo sonar una sirena que recordaba el grito del legendario fantasma. Quiso saber la gente si no le daba miedo hacer aquello:
-A lo único que le tengo miedo es a llegar a viejo −respondía sonriendo.
Se hizo bombero. Los historiadores chihuahuenses le deben la salvación del archivo del Estado, amenazado por un incendio en el Palacio de Gobierno. “El Cuadrado” trepó por una escalera y a través de una ventana fue arrojando los expedientes. Cuando sacó el último las llamas llegaban ya a las oficinas. Escribió un periódico: “... Sus ropas húmedas y lo intenso del humo no le importaban, sino hasta que acosado hubo de retroceder un poco para tomar aire, pues de haber permanecido unos minutos más hubiera muerto...”.
“El Cuadrado” subió al Popocatépetl. Practicó la espeleología. Fue el primero en ascender a una alta peña de las Cumbres de Majalca que ahora lleva su nombre: “Peñón del Cuadrado”. Se hizo torero. Ganó el campeonato estatal en la carrera de 10 mil metros. Llevó a Chihuahua la Cámara Junior. La gente ya respetaba a aquel muchacho que alguna vez tuvo problemas con la justicia. Le llamaban “señor”.
-¡Cuál señor! −protestaba él alegremente−. Señor no hay más que uno. A mí díganme “El Cuadrado”.
(Seguirá).